Hace diecinueve años se instalaba en Rosario, una "grieta" no prevista por los arquitectos de la cultura oficial, un espacio que con el correr del tiempo demostró que se puede soñar lo artÃstico como fundamento de un proyecto colectivo de vida. Rosario/12 dialogó con el actor, director y mentor de "La Grieta", Jorge Palermo, que recordó los comienzos y parte del camino recorrido de un emprendimiento que crece y se proyecta fuera de la ciudad y del paÃs. "Recuerdo que estábamos buscando un nombre y no aparecÃa, y de pronto en la cocina de casa donde nos reunÃamos, en una vieja mesada de mármol, con rajaduras, apareció una semilla de calabaza que se instaló en una grieta y dio lugar a una plantita, y asà nace el nombre que tenia que ver con nuestros objetivos", asegura este creador aludiendo a esta imagen de la vida asomándose y creciendo desde la fragilidad, que tiñe el nacimiento de un proyecto que adivina la flor en el páramo de una grieta y se identifica con la idea de crear a partir de las imposibilidades.
"Buscamos una forma de relacionarnos que tiene que ver con lo comunitario, lo espiritual, por eso el logo es una grieta y una plantita, intentamos generar relaciones distintas, pretendemos transformaciones a partir de lo artÃstico y asà aparece Teatro diario, una obra teatral que los vecinos aprueban y nos piden que la volvamos a hacer, después se suma otro grupo y en forma inesperada el primer taller que no estaba en nuestros planes".
Toda la historia de La Grieta se nutre a partir del empuje y la participación de los vecinos que sugieren a sus organizadores una dinámica que reconstruye un plan de actividades en permanente expansión.
"Ese primer taller no nació como cualquier taller. Los chicos no nos dejaban ensayar, se amontonaban y nosotros le pasábamos pasos de murga, entonces cada uno pensó en lo que le podÃamos dar, y asi nace el primer taller de teatro y asà fueron surgiendo todas las cosas hasta el dÃa de hoy", dice Palermo. Durante 16 años, este auténtico espacio comunitario funcionó al aire libre hasta que apareció "el Carpón", una carpa que les permite funcionar con mayor libertad y que se construyó como siempre con el esfuerzo de todos los vecinos.
"Son 19 años, de construir todo a pulmón, ahora incluso estamos dando talleres de alfabetización con expresión artÃstica, contamos con una antena de radio y con el apoyo de la gente de `Aire libre' que nos instaló una cabina de transmisión radial, pensamos en emitir nuestros propios programas desde La Grieta", acota.
¿Cómo se relacionan con las instituciones oficiales?
-Nosotros tratamos de articular con el Estado pero manteniendo nuestra independencia y eso tiene sus limitaciones, una vez vinieron de un Partido polÃtico a ofrecernos una suma de dinero muy importante pero la condición era que tenias que pertenecer a ese partido, y yo les planteé que más allá de algunas diferencias polÃticas, no podÃa vender lo que es mÃo, La Grieta no me pertenece.
A partir del año pasado en un echo inédito, La Grieta pasó a formar parte de la Asociación de Teatros Independientes de Rosario (ATIR) que nuclea a la mayorÃa de las salas locales y que incorpora por primera vez a un espacio alejado del centro. "Eso fue un desafÃo. Nos incorporamos como una nueva sala alternativa, esto de pertenecer a ATIR, en otro momento hubiera sido muy difÃcil, por las mismas caracterÃsticas de la sala, de construcción distinta, de sus raÃces, nos llamaron con mucha predisposición y asà fue que el cierre del 1er Festival de Teatro de Salas Independientes, se hizo en La Grieta, y hoy estamos proyectando y haciendo cosas juntos", asegura el actor y director. Y agrega que "antes desde el barrio siempre tenÃamos que ir al centro y ahora esto demuestra un cambio de actitud, hay un corte entre lo barrial y el centro, nosotros siempre hacemos intentos colectivos, mas allá de lo difÃcil que es, tenemos que insistir en encontrarnos a pesar de las diferencias".
Algunos años antes, el nombre de La Grieta trascendÃa las fronteras de la ciudad y el paÃs, siendo invitada a distintas ciudades europeas, por La Casa Amarilla, una ONG perteneciente a la Red Iberoamericana Xarxa Groga, para realizar intercambios con grupos de diferentes regiones del mundo. De allà que cuando nace la invitación por parte de los integrantes de ATIR para sumar esfuerzos, Palermo recuerda que si se habÃa concretado ya su consigna "De La Grieta al mundo", porque no acceder a otro sueño no menos ambicioso como el "De La Grieta al centro".
Con una concepción muy diferente a la del resto de los artistas, Palermo se asume como teatrero, murguero o titiritero sólo en la medida en que esas actividades le proveen las herramientas necesarias para la promoción cultural que considera lo más importante. "Esto me permite ver cómo el arte está dando respuesta a situaciones frente a las que otras instituciones no tienen acceso, como pasa con la escuela, la fuerza de este emprendimiento consiste en que promueve que otros o cualquiera pueda ser si lo desea un artista", destaca. Pero La Grieta no sólo cumple con estos objetivos sino que además se constituye en un espacio de contención para los adolescentes y los chicos de la calle.
Entre tantas historias que no trascienden, La Grieta se vincula con el exterior a partir de los comentarios de ese gran luchador asesinado que fue Pocho Lepratti. "Hace algún tiempo nos llegó una convocatoria de una ONG de Suiza que se habÃa interesado por nuestro trabajo y pidieron una entrevista conmigo, algo que me sorprendió fue que conocÃan lo que venÃamos haciendo por referencias y una de ellas a partir de la experiencia del querido Pocho Lepratti que traÃa a La Grieta, a los chicos de Ludueña para que aprendieran murga", cuenta Palermo.
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