Una nueva provocación se ha gestado desde las entrañas del poder judicial, cómplice durante 35 años de los genocidas, hacia el campo popular: la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal a puesto en libertad a tres feroces criminales de lesa humanidad: Rubén "El Ciego" Lofiego, Mario "El Cura" Marcote y Rubén Rito "El Pelado" Vergara.
Lofiego fue el destinatario de nuestro primer escrache en junio de 1998. Ya entonces decÃamos quién era: será juzgado por torturas, amenazas, privación ilegal de la libertad, homicio calificado, asociación ilÃcita (y no se habla de las violaciones, rapiña, complicidad en robos de bebés).
A "El Cura" Marcote, cuya particularidad era violar a las compañeras con un gran escapulario colgando del pecho, los encontraron primero trabajando en una escuela para adolescentes protegido por la iglesia rosarina y tiempo después fuimos a su casa a decirle que "Si no hay justicia, hay escrache" por los tormentos, privaciones de la libertad, por lo que ahora se lo juzga (tampoco se le computan la violaciones).
Vergara logró mantenerse más en el anonimato. Igual que sus socios criminales, será juzgado por una mÃnima parte de lo que hizo.
Pero gracias a "sus amigos" llegarán caminando a su juicio, igual que lo haremos los militantes del campo popular, querellantes, testigos, familiares, madres e hijos de los militantes desaparecidos.
Ya el miércoles pasado habÃa rumores, pero tanto querellantes como testigos, familiares y afectados en general, se enteraron por los diarios.
A un mes del asesinato polÃtico de la testigo Silvia Suppo, a dÃas de la condena a cárcel perpetua a los cinco genocidas en un juicio histórico en Rosario, poca cintura polÃtica demostraron aquéllos responsables de la seguridad de los testigos y querellantes, que tanto deberÃa preocuparlos.
Ninguna persona del Gobierno advirtió a nadie que podÃa cruzarce en las calles con estos asesinos caminando libremente, porque habÃan pagado una fianza de $ 25.000 (Lofiego) y $ 55.000 los otros dos. Tal vez, lo que serÃa aún peor, no sabÃan nada...
Voy a remarcar algunos puntos de una realidad que lastima cada dÃa: la impunidad vigente en cada hecho que se relacione con estos criminales, la certeza de cuánto les deben polÃticos, empresarios, funcionarios, periodistas, jueces...
Evidentemenmte, no es lo mismo un criminal de lesa humanidad que ha cometido los hechos más aberrantes que pueda imaginar la mente humana, que disfrutó de la impunidad, que puede escapar o lo que es peor, pegar el zarpazo de fiera herida contra cualquiera de nosotros, que los comunmente llamados "ladrones de gallinas" que se pudren en cárceles horrendas, cuando zafan del gatillo fácil o de los "vindicators de la justicia", llámese éste vecino, hombre común o diva de TV.
Hoy, en este mismo momento que escribo, me informan que el Negro Martino, querido amigo y militante del campor popular, injustamente acusado de un delito que no cometió, ha sido detenido en un allanamiento de su hogar a las 4 de la madrugada, como en las épocas siniestras. La Coqui o Cocó, una travesti enferma gravemente, debió intentar quemarse viva y cortarse toda para que la lleven al médico aunque se está muriendo. Un cartonero de Buenos Aires comienza una huelga de hambre porque hace más de dos años está preso sin condena y no sabe por qué.
Su gran delito es ser parte de los que luchan y sufren cada dÃa las consecuencias del plan de hambre y exclusión que se consolidó gracias al genocidio ejecutado por los Lofiegos, los Amelong, los Marcotes, los Guerrieris, los Fariñas y tantos miles que ensucian las calles de nuestra tierra.
Es imprescindible que los rosarinos tomemos nota de lo que significa esta libertad a pocos dÃas del comienzo del juicio más importante, el de la Causa Feced, hoy bautizada DÃaz Bessone.
Porque el 15 de abril muchos pensaron que era posible creer en una nueva etapa de nuestra historia reciente. Y pelearemos en todos los frentes para que asà sea.
* Presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Rosario.
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