A un día de la movilización convocada por Moyano, la presidenta aseguró que los sectores beneficiados por el crecimiento económico del país "están tratando de pinchar el bote con la lógica del escorpión, salvo que haya más que cuestiones políticas" y planteó que "el mundo está al borde del Titanic, y este bote en el que está la Argentina lo hemos construido nosotros". "Nos encontramos con una Argentina en la que se llama injusticia (por el impuesto a las ganancias) a contribuir para sostener la obra pública, los jubilados y los subsidios".
En ese sentido, la mandataria agregó que el país tiene los mejores salarios de latinoamerica y que "se está llegando al fifty-fifty que buscamos los peronistas", y desafío a debatir el reparto de esa masa salarial entre el conjunto de los trabajadores al apuntar: "El 19 por ciento del conjunto de los trabajadores se queda con el 41 por ciento de la masa salarial".
En otro orden, anunció que las fuerzas de seguridad no custodiarán la marcha, y que le impartió instrucciones al secretario de Seguridad (Sergio Berni) y a la ministra de Seguridad (Nilda Garré) "para que no haya personal de seguridad durante el tránsito de personas" que mañana asistan a la Plaza de Mayo y detalló que sólo estará "custodiada la Casa Rosada".
En otro orden, al referirse a la toma por parte de un grupo de trabajadores de mayor yacimiento de petróleo del país, en Cerro Dragón, Chubut, la mandataria apuntó a los gremios, a los empresarios -"que ganaron millones durante estos años", afirmó Cristina- y a la justicia por no controlar la situación y solicitar la ayuda de la Gendarmería, que tuvo un desenlace trágico, por el cual declaró un día de duelo.
CFK manifestó su dolor por la muerte de los gendarmes, leyó sus nombres y resaltó: "Tenemos que lamentar las muertes de jóvenes que no ganaban ni la tercera o cuarta parte que quienes ocupaban con actos de vandalismo". Y agregó que se distrajo "a los gendarmes para algo que no es por intereses sindicales sino políticos, de bandas. Lo que se estaba buscando es que se entrara a sangre y fuego y producir una evento que desestabilizara al Gobierno", denunció. Así, tras criticar la acutación gremial, judicial y política señaló que el gobierno nacional no "someterá más a la Gendarmería a problemas de los que se tiene que hacer cargo las polcías provinciales".
Ya sobre el final de su discurso, la mandataria hizo referencia a los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki al apuntar que, en junio de 2002, "los que se morían por situaciones de violencia eran trabajadores, que pedían trabajo y cortaban los puentes, mientras que en esta Argentina con trabajo algunos sectores producen muertes por actos injustificados. Que injustas y poco solidarias la actitudes de algunos, con todo lo que han conseguido".
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