Se trató del ataque más mortífero en la historia moderna del país tuvo lugar en una estación de tren de la capital. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu nombró como posibles autores de los ataques a la milicia terrorista EI, al Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) y a dos grupos terroristas de extrema izquierda.
Sin embargo, según analistas parece poco probable que el ataque haya sido perpetrado por el PKK contra una manifestación pro kurda, donde se habían dado cita grupos críticos con el gobierno para iniciar una manifestación en protesta por la escalada de la violencia en el país, y de cara a las elecciones parlamentarias del 1 de noviembre.
Estados Unidos condenó el sábado el "horrible atentado terrorista" en la capital turca: "El hecho de que este ataque ocurriera previo a una planeada manifestación por la paz subraya la depravación de aquellos detrás del mismo y sirve como otro recordatorio de la necesidad de enfrentar desafíos de seguridad compartidos en la región", indicó la Casa Blanca en un comunicado.
Durante la mañana, en Ankara, dos fuertes explosiones sacudieron los alrededores de la estación de tren central, donde debía celebrarse una manifestación opositora en favor de la paz, para denunciar la reanudación hace tres meses del conflicto entre las fuerzas turcas y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
A esa hora se estaban ya reuniendo las delegaciones de sindicatos y partidos políticos de izquierda, entre ellos la principal formación prokurda del país, el HDP (Partido Democrático de los Pueblos -prokurdo-). "Escuchamos una explosión fuerte y otra pequeña. Hubo un gran movimiento de pánico, y luego vimos cadáveres en la explanada de la estación", declaró a la AFP Ahmet Onen, un jubilado de 52 años.
"Estamos ante una masacre terrible. Se ha cometido un ataque bárbaro", dijo a su vez el copresidente del HDP, Selahattin Demirtas, quien añadió: "Estamos confrontados a un Estado asesino que se ha transformado en una mafia".
En una declaración, el presidente islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan denunció "este atentado abyecto contra nuestra unidad y la paz de nuestro país", y prometió "la respuesta más fuerte" contra sus autores.
El ataque tuvo lugar a tres semanas de las elecciones legislativas anticipadas, previstas el 1 de noviembre. En el lugar de las explosiones se vivieron escenas de caos. Las ambulancias buscaban a los heridos y la policía acordonó la zona, constató la AFP.
Dos horas después de las explosiones, los agentes tuvieron que disparar al aire para dispersar a los manifestantes encolerizados por la muerte de sus compañeros en las explosiones, y que gritaban "policías asesinos".
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