Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron de la muerte de cuatro de sus soldados durante un operativo este viernes contra el grupo islamista Hamas en el barrio de Zeitun, en Ciudad de Gaza, en paralelo al operativo iniciado esta semana contra Rafah, la ciudad fronteriza con Egipto por donde llega la mayor parte de la ayuda humanitaria al territorio palestino.

De acuerdo con un comunicado de las FDI, los cuatro soldados, de apenas 19 años, murieron durante un asalto a un centro educativo que supuestamente estaba siendo utilizado por Hamas, después de que se toparan con artefactos explosivos en un callejón. En ese mismo incidente otro militar resultó herido. El Ejército de Israel registró hasta el momento 271 bajas desde que puso en marcha su ofensiva sobre la Franja de Gaza hace siete meses.

La ofensiva en Rafah

Mientras tanto, los ataques en Rafah se profundizaron. Según un comunicado castrense, las tropas israelíes localizaron y eliminaron bases de Hamas en combates cuerpo a cuerpo y con ataques aéreos. "Varios lugares situados en la zona de Rafah desde donde se dispararon cohetes y morteros contra Israel en los últimos días, incluso hacia el cruce de Kerem Shalom (que conecta Israel y la Franja), fueron atacados por aviones de combate", indicó.

Israel comenzó el lunes la operación en Rafah, aunque insiste en que se trata de redadas selectivas en la parte este de esa ciudad, donde viven unos 1,5 millones de desplazados, más de la mitad de la población gazatí. Desde entonces, más de 100.000 huyeron, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo. "A medida que se intensifican los bombardeos de las fuerzas israelíes en Rafah, continúan los desplazamientos forzados. Se estima que unas 110.000 personas huyeron de Rafah en busca de seguridad. Pero ningún lugar es seguro en la Franja de Gaza y las condiciones de vida son atroces", lamentó la agencia en un comunicado.

Hacinados y sin combustibles

El coordinador de asuntos humanitarios de Naciones Unidas en Gaza, Georgios Petropoulos, advirtió que el cierre del paso de Rafah decretado por las autoridades israelíes causó una falta de combustible que podría obligar a cerrar en las próximas 24 horas las operaciones de 17 clínicas primarias de la UNRWA, así como cinco hospitales de campaña y 10 clínicas móviles. "Si no se reanuda inmediatamente la llegada de combustible, tanto las actividades humanitarias como las de comunicaciones y bancarias pueden detenerse en cuestión de días", indicó en una rueda de prensa telemática desde Rafah, subrayando además que el aislamiento de la ciudad y el resto de Gaza por extensión también pone en serio peligro la distribución de alimentos.

Su colega del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) encargado de la coordinación humanitaria en Gaza, Hamish Young, visitó a las víctimas del nuevo éxodo, muchas de ellas hacinadas en tiendas y otros alojamientos temporales en la zona desértica de Al-Mawasi, al noroeste de Rafah. También dijo que la gente se ve obligada a defecar al aire libre o en baños improvisados con un mero agujero cavado en las dunas. "Los desplazados están aún más expuestos a enfermedades, infecciones, malnutrición", aseguró.

Young advirtió que el hospital más cercano a este improvisado campamento de desplazados se encuentra a unos cuatro kilómetros de distancia, y coincidió en que la situación podría llegar a niveles límite en cuestión de unas 48 horas si no logra restablecerse el flujo de ayuda humanitaria. "Sin combustible, la maternidad de una instalación como el Hospital Emiratí, donde nacen unos 80 bebés al día, dejará de funcionar, y muchas mujeres embarazadas se están quedando sin opciones para poder dar a luz en condiciones seguras", aseguró.