Desde Roma

La “Bella Italia”, como la llaman por la cantidad de lugares maravillosos que existen para descubrir su larga historia, se está asomando a un cambio que podría alterar su futuro. El Senado italiano comenzó esta semana una discusión sobre un cambio fundamental de la Constitución. Impulsado por la derecha liderada por la actual primera ministra, Giorgia Meloni del partido Fratelli d’Italia, el Parlamento deberá decidir a favor o contra la elección directa del primer ministro de parte de los ciudadanos. Hasta ahora el primer ministro es indicado por el presidente de la República teniendo presente la situación política del país y de los partidos, y aprobado por el Parlamento.

Ansiosa tal vez por lo que puede pasar en las próximas elecciones europeas, que se realizarán el 8 y 9 de junio próximo, y las elecciones políticas de Italia que se deberían efectuar en 2027, Meloni ha promocionado una campaña en la que defiende la elección directa del primer ministro (llamado presidente del Consejo de Ministros en Italia). Según Meloni esta medida garantizará la estabilidad del país y dará credibilidad al país. "El objetivo de la reforma es garantizar el derecho de los ciudadanos a elegir quién gobernará, poniendo fin a la temporada de reveses, a la temporada de gobiernos técnicos y a la temporada de mayorías varias que no tienen correspondencia con el voto popular", explicó Meloni.

Pero aprobar una medida como ésta exige el cambio de la Constitución y de las normas que reglamentan hasta ahora al primer ministro y al presidente de la República. Para aprobar este proyecto se necesitan dos tercios de mayoría en las dos cámaras del Parlamento. De lo contrario se debe hacer un referendo.

La discusión sobre la documentación presentada por los diputados y senadores comenzó esta semana. Pero no está dicho que termine rápidamente. Para empezar los partidos de oposición, como el Partido Democrático (PD), el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y AVS (Alianza Verde e Izquierda) presentaron al Parlamento un total de casi 3.000 enmiendas referidas al proyecto de ley presentado por la derecha. Pero según el centroizquierda denunció, estas enmiendas no son tenidas en cuenta por la derecha.

Las dos líderes se enfrentan

Giorgia Meloni y su opositora del PD, Elly Schlein, las dos principales líderes mujeres de Italia y conductoras de dos de los principales partidos del país, no dejan de enfrentarse también sobre este tema.

“Hay una aceleración del debate sobre estas reformas que yo les pido que detengan -le dijo Schlein a los parlamentarios previendo que la aceleración lleve a la confusión y a la nada-. Una aceleración dictada por razones electorales. Usaremos nuestros cuerpos y nuestras voces para oponernos, para construir un muro de respeto” a la Constitución, dijo Schlein, llamando a todos los italianos a participar de una manifestación que se llevará a cabo el 2 de junio -Fiesta de la República- contra la reforma de la Constitución. “Nosotros confirmamos que nos opondremos con toda nuestra fuerza a esta reforma peligrosa que debilita la democracia”, agregó Schelin.

Para Meloni en cambio “la Constitución es de todos, hemos programado una reforma que dará estabilidad y que evitará al presidente de la República el rol de suplente de la política”, dijo. “Esta no es una reforma de derecha ni de izquierda”, añadió subrayando que hará todo lo posible para que el Parlamento vote a favor del llamado “premierato”. "Sería un error político tirar la toalla o dejar que el sistema siga como está”, subrayó.

La Constitución y el gobierno

La Constitución italiana, como país democrático ya que antes era una monarquía, nació en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial y la dominación del dictador Benito Mussolini. Los expertos trabajaron un año y la Constitución entró en vigor el 1 de enero de 1948.

La Constitución del 1948 establece, entre otras cosas, que el presidente de la República será elegido por el Parlamento y puede ser candidato toda persona de 50 años de edad y que goce de los derechos civiles y políticos. En realidad, el presidente de Italia actúa como un gran coordinador independiente, que trata de mantener el equilibrio entre los partidos opositores evitando que el país entre en crisis.

El Art. 92 de la Constitución dice además que “El Gobierno de la República se compone del Presidente del Consejo y de los Ministros, que constituyen el Consejo de Ministros. El Presidente de la República nombrará al Presidente del Consejo de Ministros (primer ministro) y, a propuesta de él, a los Ministros”.

En síntesis éste es el punto que quiere cambiar Meloni para asegurarse un futuro gobierno, sin depender del presidente, y siendo elegida directamente por los votantes. En varios de los países miembros de la Unión Europea como Alemania, España, Portugal (también en la ex UE Reino Unido), sin embargo, el primer ministro es en general el líder de la mayoría parlamentaria y es decidido por el rey o presidente, como en Italia.

Pero en vistas de las elecciones, Meloni quiere demostrar que es capaz de conseguir más poder y que lo conseguirá. En los últimos años el voto -se puede votar a partir de los 18 años- se ha convertido en una cuestión inestable en Italia, dado que no siendo obligatorio, mucha gente se ha desinteresado y no va a votar, como han demostrado algunas cifras de las elecciones pasadas. La presencia de votantes en 2018 fue del 73% de los que tenían derecho al voto. Mientras en 2022 votó sólo el 64%.

Y en ese contexto además, se ha difundido la compra de votos de parte de los candidatos, como salió a relucir hace pocos días cuando la justicia italiana hizo arrestar al actual presidente de la región Liguria (la región de Génova) Giovanni Toti, presuntamente por haber coordinado la compra de votos y otros negocios con sectores de la mafia.