Ideológico
Se suele utilizar despectivamente este término. Se dice que un planteo es ideológico si se parece a la inclinación política de quien lo fórmula. No obstante hay que volver a recordar que no existe ningún orden, ni técnico, ni económico, que no sea ideológico. Precisamente el problema de la Ideología consiste en que no se puede definir cuál es su exterior o en qué consitiría la "objetividad" no ideológica. Salvo en las construcciones fisico-matemáticas en su grado de abstracción máxima, donde se puede afirmar de las mismas que no lo son. No obstante, la aplicación e instrumentación de las mismas vuelven a ser tomadas por la ideología.
No somos ni de izquierda ni de derechas
Este es un mantra repetido, y usado con mucha ligereza cuando las nuevas derechas ultraderechizadas sí saben lo que son y para qué agenda operan.
El aspecto interesante de este mantra es que amplía el arco de las alianzas políticas y sitúa en la escena política, que a decir verdad, cualquier proyecto transformador se realiza en el interior del capitalismo y conjugando intereses diversos y heterogéneos. Es cierto que la apuesta nacional y popular, si se toma en serio, no necesita definirse como de "izquierdas", pero sí que es importante que sepa caracterizar al capitalismo actual y a qué escalada de las derechas se confronta. De lo contrario el mantra se convierte en una coartada para que valga cualquier alianza, para que los políticos se deslicen de una posición a otra, incluso a la contraria, y que el ámbito de la política sea ganada por un cinismo donde vale todo.
No somos feministas
El feminismo es una palanca transformadora absolutamente determinante del campo nacional y popular. Junto a la ecología, constituye la invitación a pensar la emancipación de un modo existencial y por lo tanto vital y no como una mera abstracción alejada de la experiencia cotidiana.
En la época donde el orden simbólico moderno se derrumba, se impone reinventar con otros nombres a lo nacional y popular y el feminismo en este punto ha introducido temas cruciales. La ultraderecha lo sabe perfectamente.
El desprecio a los " progres"
Es evidente que existió y existe una tontería progresista que procede de no entender que no hay proyecto de emancipación si no se piensa en cuáles son las condiciones actuales del capitalismo. Además el progresismo es un fenómeno de las clases medias y esto lo hace más fácil de denigrar. Pero cuando se combate ésto desde posiciones esencialistas que remiten a una doctrina que se parece a una religión que está por fuera del tiempo histórico, estamos frente a una postura conservadora y reaccionaria.
La posición antiintelectual
Es lamentable que militantes que pertenecen a proyectos comprometidos con la liberación nacional y popular proclamen que las lecturas teóricas pertenecen solo a los intelectuales. Aquí se esconde un verdadero desprecio por lo popular, porque lo que se da a entender es que las nuevas teorías son solo para los universitarios. Lo más perverso es que estás manifestaciones anti intelectuales las suelen hacer los que si tienen acceso a ciertas lecturas. El deber del militante es ver cómo se las arregla con la transmisión del saber y cómo éste se compromete con la experiencia y dejar de invitar a la pasión por la ignorancia que promueven los medios hegemónicos.
* Autor de Ideología, Ned Ediciones.