Una familia porteña compuesta por dos adultos y dos menores necesitó 13.549,42 pesos en noviembre para acceder al consumo básico para no caer debajo de la línea de pobreza. El mismo grupo familiar requirió de 6.736,31 pesos para no ser indigente, según informó ayer la Dirección de Estadística y Censo de la Ciudad de Buenos Aires. En relación a enero, la canasta de consumo que define la línea de pobreza aumentó 31,4 por ciento, mientras que la canasta de indigencia lo hizo en un 26 por ciento, según los datos oficiales. El presupuesto mínimo para no ser pobre para un adulto de 25 años es de 4701 pesos y de 2208 pesos en el caso de la indigencia. En un hogar compuesto por dos adultos mayores, el límite de la pobreza está dado por los 6620 pesos y es de 3401 pesos para la indigencia. Se supone que la canasta de indigencia se compone por los alimentos que permiten satisfacer las necesidades energéticas y nutricionales al menor costo posible, mientras que la canasta de pobreza incorpora otros bienes y servicios como las tarifas, transporte e indumentaria. Las canastas del instituto porteño no contabilizan en ningún caso el gasto de dinero en el alquiler de la vivienda.
La línea de pobreza
Este artículo fue publicado originalmente el día 21 de diciembre de 2016