Estamos viviendo tiempos muy estimulantes para todos los que gestionamos gobiernos locales de acuerdo con el mandato de los vecinos que eligieron cambiar la historia.
Hay un cambio de paradigma en el mundo occidental y no es sólo tecnológico, es un cambio de civilización, un cambio social y cultural que está siendo impulsando en buena parte por las mujeres y la lucha por la igualdad de oportunidades.
La Argentina es parte de todas esas transformaciones y en este sentido no es casual que hayamos tenido una presidenta mujer durante dos mandatos consecutivos y que desde hace dos años la provincia más grande del país sea dirigida por una joven politóloga, la primera gobernadora en la historia del territorio bonaerense: una gobernadora que además de honrar sus compromisos de lucha contra las mafias está llevando adelante una revolución política empezando por la aplicación de la ley de cupo femenino, el bloqueo a las reelecciones indefinidas y el Plan Integral de Género, lo que es solo el comienzo. Estos cambios no son por azar y nos interpelan a todos. Nos hablan de un tiempo nuevo que no registra antecedentes. Es cierto que recién estamos empezando a promover esa transformación cultural desde las políticas públicas y que todavía falta mucho, pero es un buen comienzo tener bien claro que se terminó el tiempo de mirar para otro lado. Esto nos conmueve hasta el punto de plantearnos nuevas herramientas que promuevan la igualdad de condiciones, entendiendo a la lucha de las mujeres como una bandera de todo el género humano donde cada uno pueda hacer su mejor aporte sin distinción de género, ideología o religión.
Desde el gobierno de la capital bonaerense nos pusimos al frente de estas transformaciones. Empezamos por lo urgente, creando la primera casa integral de asistencia a mujeres que han sufrido violencia intrafamiliar. Este lugar está preparado para que puedan encontrar todo lo que necesitan sin tener que alejarse de sus hijos. También formamos un cuerpo especializado de agentes de la Policía Local con el fin de lograr un tratamiento profesional en los casos más sensibles. Dicho esto, lo importante es trabajar en el cambio cultural que necesitamos. La Dirección de Políticas de Género capacitó a 540 personas el año pasado, entre ellas personal del Ejército, trabajadoras municipales, agentes de seguridad y profesionales del SAME. Y dimos talleres a más de 800 estudiantes universitarios, una política que vamos a seguir impulsando porque confiamos en sus resultados.
Y lo más importante, probablemente nuestro mayor logro: inauguramos el Centro Integral Municipal de la Mujer, el primero de su tipo en toda la Provincia de Buenos Aires, con capacidad para brindar mil turnos por mes, destinado exclusivamente a la salud de las mujeres que más lo necesitan. Allí pueden realizarse ecografías mamarias, de obstetricia y ginecología, estudios como el Papanicolau, monitoreo de embarazos y recibir asistencia psicológica. Lo inauguramos hace muy poco y es un orgullo que ya esté funcionando a todo ritmo.
A lo largo de la historia, las mujeres han demostrado lo que son capaces de hacer y su aporte no pasa solo por la ampliación de derechos sino por enseñarnos todo lo que han logrado trabajando duro en condiciones adversas.
Ellas son un ejemplo que nos guía mientras transitamos ese largo camino entre lo que somos y lo que podemos ser.
* Intendente del partido de La Plata.