El dólar minorista cerró ayer en 20,70 pesos, con un alza de 9 centavos. El Banco Central intervino en la plaza cambiaria vendiendo 20 millones de dólares, pero no fue suficiente para detener la escalada de la divisa, que se ubicó en un nuevo record de cotización. El dólar mayorista también marcó un record, al avanzar 7 centavos y ubicarse en 20,43 pesos. La autoridad monetaria perdió su principal herramienta para manipular la divisa porque ya no define la tasa de interés. Y ahora el uso de las reservas parece empezar a perder efecto.
Los inversores de la city están nerviosos por distintos factores y dolarizan la cartera de activos. Uno de los principales elementos para explicar la tensión es el frente externo. Los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China asustan al mercado financiero internacional. Esto aumenta la volatilidad en los flujos de capitales hacia los países emergentes y disminuye el ingreso de dólares. Las mayores probabilidades de suba de la tasa de interés de la Reserva Federal es otro factor que potencia el problema.
El elemento del mercado interno que provoca volatilidad cambiaria se asocia con el desequilibrio de las cuentas macroeconómicas. La percepción del mercado es que hace falta un ajuste cambiario para reducir distorsiones como la deuda de las Lebac y el déficit fiscal. Esto genera incentivos a los grandes inversores a comprar divisas para evitar pérdidas ante la posibilidad de una suba abrupta del dólar.
El Central utilizó ayer 20 millones de dólares de las reservas para intentar calmar las presiones cambiarias sobre el final de la jornada. Pero no fue exitoso. La respuesta del mercado fue distinta a la del lunes, cuando la entidad a cargo de Federico Sturzenegger había inyectado 30 millones de dólares generando una baja de dos centavos en la cotización. “Esta vez no alcanzó para frenar el ascenso de la divisa”, indicaron en la agencia de bolsa Portfolio Personal. Las reservas, pese a la intervención, subieron en 159 millones de dólares, al ubicarse en 62.615 millones de dólares. La única fuente de suba del stock de divisas del Central es la entrada de deuda externa. La entidad no logra incrementar sus activos en forma genuina (con el superávit comercial y la inversión extranjera).
En lo que refiere a la bolsa porteña, se anotó una baja de 0,4 por ciento, tras dos subas consecutivas. Los bancos y las empresas del sector petrolero fueron algunas de las que más bajaron. Petrobras anotó una caída 3,5 por ciento, en tanto que Grupo Financiero Galicia marcó un retroceso de 1,8 por ciento. En contraste, se destacó la suba del 2,0 por ciento en Telecom.
En cuanto a los bonos, los títulos emitidos en dólares volvieron a finalizar con mayoría de bajas. Se registraron caídas de hasta 1.1 por ciento. “La curva se mantiene con rendimientos que van desde el 3,6 al 7,9 por ciento anual”, indicaron en Portfolio. La Argentina sigue pagando tasas más elevadas que el resto de la región, en donde lo bonos tiene un rendimiento menor en al menos 1 punto por central. Entre los bonos en los que hubo suba se destacaron los títulos en pesos indexados por inflación. El mercado los usa de refugio, al diversificar la cartera de títulos, puesto que los bonos en moneda local tienen una menor probabilidad de impago.
Los precios de las materias primas, al igual que el de los activos financieros a nivel global, se mostraron muy volátiles. El petróleo marcó una baja del 2,2 por ciento. Esto se explicó por el anuncio de Estados Unidos acerca de los inventarios de crudo, que crecieron la semana pasada en 2,4 millones de barriles. A su vez, el oro anotó una baja de 0,8 por ciento, para ubicarse en 1325 dólares la onza, en tanto que la soja bajó un 0,1 por ciento, para finalizar en 388 dólares por tonelada. El maíz, mientras tanto, bajó un 0,1 por ciento y el trigo retrocedió un 1,8 por ciento.