En el cierre de una jornada histórica protagonizada por 500 mil mujeres, lesbianas, trans y travestis que marcharon desde Plaza de Mayo hasta la Plaza de los Dos Congresos en el marco del Paro Internacional Feminista, la locutora y periodista Liliana Daunes fue la encargada de leer el documento conjunto que insistió en el reclamo del aborto legal, seguro y gratuito, en un basta a las violencias femicidas y travesticidas y se pronunció en contra de los despidos el ajuste del gobierno nacional. "Contra todas estas crueldades, hemos desarrollado asambleas en las escuelas secundarias, en los lugares de trabajo, en los territorios en conflicto, en los hospitales, en las villas", destacaron el camino recorrido desde el anterior 8M y celebraron: "La marea feminista sigue creciendo como una fuerza internacionalista."
La madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas flanqueó a Daunes. Ambas estuvieron rodeadas de un amplio abanico de legisladoras de distintos partidos políticos, representantes sindicales y delegadas de fábricas y organismos de gobierno que luchan frente a los despidos y el ajuste estatal. "Venimos produciendo este tiempo de desobediencia al patriarcado y al capitalismo que acumula fuerza en los territorios, revoluciona las casas, las camas y las calles", reivindicaron y convocaron "a todas las centrales sindicales la convocatoria al paro y la organización de asambleas".
El movimiento feminista denunció "cómo este gobierno intensificó la represión, las cacerías contra militantes y la criminalización de la protesta" e insistieron en el pedido de justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. En ese tono, destacaron que se puso fin al silencio sobre la violencia machista, a pesar de que "la violencia femicida y travesticida sigue descontando vidas. Anahí Benítez, Araceli Fulles, Micaela García, Vanesa Castillo, Camila Borda", enumeraron algunos de los nombres "que gritamos este año".
Con la presencia de Cortiña y otras referentes de organismos de derechos humanos sobre el escenario, el documento feminista también se pronunció sobre "el engranaje entre la familia patriarcal y el terrorismo de Estado" y rechazaron que "se les conceda prisión domiciliaria, libertades y amnistías a los represores. Nosotras volvemos a gritar que la única casa de los genocidas es la cárcel".
"No olvidamos ni nos reconciliamos", subrayaron antes de celebrar que "desde el feminismo estamos construyendo una casa contra todas las formas de crueldad con que el capitalismo quiere aterrorizar nuestras desobediencias".