El segundo Paro Internacional de Mujeres (PIM), al que adhirieron más de 50 países, se propagó por las calles desde un extremo al otro del mundo, en una jornada de lucha feminista para poner fin a la cultura patriarcal, cuyas ondas expansivas generan en todo el planeta femicidios, violencia de género, brecha salarial y coarta la libertad y autonomía de las mujeres sobre sus propios cuerpos. El paro tuvo ejes de movilización diferentes en cada país: mientras en algunos el reclamo hizo centro en las desigualdades  económicas, en otros se apuntó a la violencia de género, pero en todos el grito unificador fue en pos de la igualdad y el respeto. 

En España, miles de personas marcharon por Madrid y otras ciudades dela península ibérica, bajo el lema “Si nosotras paramos, se para el mundo”, en una jornada inédita para los niveles de movilización de ese país.

En las madrileñas plaza de Cibeles y de Callao, mujeres con banderas y ropa de color violeta se concentraron desde muy temprano para participar de la marcha que llenó de mujeres las calles de Madrid. 

Varios sindicatos convocaron a una huelga de 24 horas, mientras que los dos principales, Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, llamaron a parar dos horas por turno de trabajo. Los subterráneos funcionaron con menos frecuencia, mientras que se suspendieron por la huelga unos 300 servicios del tren. 

Con el eje en la situación económica y la desigual distribución en las tareas de cuidado familiar, las organizaciones feministas llamaron a las mujeres a dejar de hacer las tareas domésticas y a no consumir para demostrar el verdadero impacto de una sociedad sin mujeres.

Sin embargo, en las concentraciones que fueron multitudinarias en la capital española, pero también en Sevilla, Barcelona, Bilbao, Santiago de Compostela, entre otras, las banderas violetas sostenían los diferentes reclamos y apuntaban a la violencia de género: “No nací mujer para morir por serlo”, “Al volver a casa quiero ser libre, no valiente”, “Te matan y después piden perdón al cadáver”, entre muchas otras.

En Italia, con un eslogan inspirado en la lucha feminista Argentina, miles de mujeres y hombres marcharon tras la consigna de “Non una di meno” (NiUnaMenos) por el centro de Roma. La manifestación de varias cuadras de largo marchó desde la estación Termini hasta el monumento a Víctor Manuel II (conocido como Altar a la Patria).

En Francia, mientras las mujeres reclamaron en la Plaza de la República de París la paridad económica, el diario francés Libération decidió ayer cobrar su edición 50 centavos de euro más a los hombres, con el objetivo de denunciar la brecha salarial en aquel país, que, pese a la ley, sigue siendo del 25 por ciento. El diario aseguró que lo recaudado por el cobro extra a los varones será destinado al Laboratorio de la Igualdad, que desde hace años lucha por el fin de las disparidad salarial. 

Las mareas feministas también llegaron a Turquía, donde hubo protestas en varias ciudades, pese a que rige desde 2016 el estado de emergencia que prohíbe las manifestaciones. 

En Filipinas, manifestantes acusaron al presidente de ser el mayor violador de los derechos de las mujeres en Asia, mientras que el movimiento #MeToo surcoreano marchó por Seúl para exigir penas para agresores sexuales e igual paga que los hombres.

En Africa, activistas y feministas africanas lanzaron ayer Big Sisters, un movimiento internacional para luchar contra la mutilación genital femenina, que afecta a 200 millones de mujeres en el continente.

En Latinoamérica, desde México hasta Tierra del Fuego, las voces se alzaron en todo el continente de diversas formas. En Brasil, unas 800 mujeres campesinas del Movimiento Sin Tierra ocuparon el parque gráfico más grande de América Latina, el del grupo de medios Globo, para protestar contra el gobierno, las empresas de prensa y la intervención militar del Ejército en Río de Janeiro.

“Las mujeres en lucha estamos en contra de la intervención militar de Río de Janeiro, contra la agenda de reformas de Michel Temer y la ilegalidad del proceso contra Lula, que claramente apunta a impedir que se realicen elecciones libres”, dijo Maria Gomes de Oliveira, coordinadora del MST.