Desde hace ya unos años, la marca argentina de ropa El Burgués eligió como protagonista de una de sus campañas a un modelo “maduro”, un hermoso hombre de larga cabellera canosa, el ejemplo más acabado del silver fox, el zorro plateado espléndido en su adultez. Ahora mismo protagoniza la campaña otoño/invierno de la marca y su elegancia algo irónica decora revistas, shoppings y subtes. Pero pocos saben que este caballero es algo más que un mannequin de cierta edad. Se llama Aiden Shaw, es británico y tiene una historia increíble.
Aiden Shaw es, sin duda alguna, el único escritor en el mundo que fue inmortalizado con un dildo echo a imagen y semejanza de su miembro. El “homenaje” lo realizó la productora porno gay Falcon Studio, en reconocimiento a una carrera que cuenta con más de 50 películas como actor XXX. Retirado de la industria a fines de los 90 se dedicó a escribir y sus novelas estuvieron siempre en las listas de las más vendidas. Músico, taxi boy, artista audiovisual, adicto recuperado, profesor de inglés, activista por el vih, a los 52 años es, además, uno de los modelos más solicitados del mundo. Un peculiar cóctel multidisciplinario que se mezcla en un envase por demás atractivo.
Un cuerpo escultural, un rostro perfecto enmarcado en una barba tupida y gris, al igual que su pelo largo, pura masculinidad veterana y elegante, todo un bon vivant viril y experimentado, Aiden Shaw es el modelo ideal para vender artículos de lujo: desde 2014 trabaja para la marca argentina de indumentaria masculina El Burgués, apenas un año después de que arrancara su carrera como modelo, en el 2013, cuando posó para la revista GQ en Berlín. Y fue una revolución: firmó contrato con la agencia Success Models de París, y desde ahí ha trabajado con las marcas internacionales más importantes de alta costura masculina.
Más de uno se debe haber asombrado al enterarse que ese modelo de aspecto mundano e irresistible es un escritor reconocido y más de uno habrá quedado impactado ante la noticia de su pasado como actor porno. Una combinación también irresistible, por lo curioso del asunto, en principio.
Shaw nació en Londres, en una familia católica irlandesa donde, claro está, siempre fue el rebelde. Cuando se fue de casa comenzó a estudiar en el Art College de Brighton. Eligió la carrera en arte audiovisual, que lo apasionaba, pero que también era muy cara. A los 18 años comenzó a trabajar como taxi boy para pagarse los estudios y pronto se convirtió en toda una celebridad de la escena gay underground del Londres de los años 80. Su atractivo físico lo llevó a codearse con las celebridades eurotrash y a sus bolsillos llegaba el dinero de verdad, junto con las drogas en cantidades industriales. Al poco tiempo su trabajo como escort pasó a un segundo plano cuando la leyenda del porno, el director drag queen Chi Chi LaRue le tomó unas polaroids desnudo y lanzó su carrera como actor xxx. Se mudó a Estados Unidos y no paró hasta convertirse en el icono gay que es hoy día.
Ocurre que, más allá de lo obvio (esto es sus genitales) lo que le valió el éxito fue su aspecto que se destacaba en ese mar de rubios californianos que inundaban la industria gay: Aiden era morocho de piel dorada, con un cuerpo que parecía cincelado por algún artista clásico y, aunque en sus películas no abundaba el diálogo, su acento inglés le daba cierto encanto. Además, muchos de sus fanáticos notaron su asombroso parecido con el actor Richard Gere.
Todo iba en ascenso (su carrera y el descontrol) hasta que en 1999 decidió retirarse del porno: en 1997, más o menos (él dice que no se acuerda) contrajo vih y le resultó muy difícil conseguir trabajo. Ese mismo año tuvo un accidente automovilístico casi mortal que lo dejó en silla de ruedas casi un año. La ignorancia propia de la época, ante su desaparición de las pantallas, pronto esparció el rumor de que había muerto de sida. Pero se recuperó y “volvió de la muerte” para continuar con su carrera como escritor.
Mientras todavía era un actor porno, ya había publicado sus primeros trabajos: Aiden (1991), en colaboración con el pintor neoyorquino Mark Beard, que incluía una serie de varios retratos de Shaw pintados por el artista, con textos escritos por ambos. En 1996 publicó su primera novela Brutal que con un estilo crudo, honesto y realista retrata la vida de Paul, un joven prostituto que vive con vih y se mueve por la escena clandestina gay londinense en una vorágine de drogas, alcohol y sexo degradante. Este libro fue muy bien recibido por la crítica, fue best- seller, va por su tercera edición y ha sido traducido al francés y el alemán. Y parece que la autorreferencia es inevitable en Shaw: él escribe de lo que conoce.
A este libro le siguieron dos novelas Boundaries (1999) y Wasted (2002): en ambas sus personajes se mueven en un mundo de excesos de sustancias y sexuales, en una constante búsqueda emocional que parece no terminar nunca. Estas novelas también estuvieron en las listas de las más vendidas y su escritura más madura, más precisa le valió el reconocimiento del mundo literario inglés.
En medio de estos trabajos también escribió una colección de poemas: Si el lenguaje al mismo tiempo da forma y distorsiona nuestras ideas y emociones, ¿cómo comunicamos el amor? (1997), en donde reflexiona acerca de la juventud problemática, las drogas y la homosexualidad. Era cuestión de tiempo hasta que se decidiera a escribir su autobiografía y lo hizo en 2006: “Todo lo que podía ver eran bonitas formas y colores, mi pija entraba y salía de sus blancas mejillas. Bueno, la cuestión es que muy pocos hombres me rechazan físicamente. Como una buena puta, siempre puedo encontrar algo sobre un hombre que me guste”, así comienza My Undoing: Amor en el grueso del sexo, las drogas, la pornografía y la prostitución: también fue un record de ventas. En 2009 escribió la segunda parte: Verdades Sórdidas: vendiendo mi inocencia por el sabor del estrellato, una especie de precuela autobiográfica en donde narra sus experiencias como un joven universitario y taxi boy antes de triunfar en el mundo del porno. Su mejor trabajo según los críticos.
Más dedicado en los últimos años a su carrera como modelo, anunció un próximo libro del cual no quiere decir ni una palabra. A estar atentos Aiden es un personaje interesante por donde (o como) se lo mire.