El chamamé, como todo lenguaje vivo, está en constante mutación. La fertilidad del género se debe a la aparición de nuevos creadores que aportan lo suyo desde diversas vertientes. De este modo, tres jóvenes exponentes unirán fuerzas para darle vida al recital Acordeón Triple Dosis, que tendrá lugar hoy a las 21 en la Usina del Arte (Caffarena 1, La Boca), gratis. “Será concierto centrado en el acordeón y en el chamamé, pero con tres estilos diferentes, donde se aprecian tres paisajes distintos como Corrientes, Chaco y la provincia de Buenos Aires. Somos tres acordeonistas que hacemos pie en el mismo género, pero que desarrollamos y buscamos distintas cosas”, sintetiza el bonaerense Hernán Crespo, y se refiere a sus colegas Lucas Monzón y Gabriel Cocomarola.
Lo interesante de la propuesta es que incluye a músicos con tres perfiles bien diferenciados, pero que confluyen en un ritmo en común. “El apellido no fue una carga, nunca lo sentí así. Siempre me gustó hacer las cosas bien y respeto el apellido y legado que dejaron mi abuelo y mi padre; todavía estoy en la búsqueda de mi sonido”, dice Cocomarola, nieto de Tránsito, mítico autor de “Kilómetro 11”. Lo suyo, tal vez, sigue por una línea más tradicional, como lo demuestra en su contundente último disco, En tiempo de chamamé (2016). Por su parte, el chaqueño Lucas Monzón, en su disco Noqtámbulo (2013), cruza naturalmente la música chamamecera con el jazz y la música clásica. “Me gusta estudiar y disfruto mucho ese proceso de exploración, pero no siempre con algún tipo de objetivo en particular, lo que pasa es que se vuelcan inevitablemente en el género herramientas que se van incorporando de a poco y que empiezan a enriquecer ese mundo interior”, se explaya el músico de Charata.
En tanto, Crespo nació y se crió en Haedo, en el oeste del Conurbano. Su relación con el chamamé, cuenta, surgió apenas agarró un acordeón. “A medida que descubría la mecánica de la mano izquierda y el fueye, empezaron a brotar rítmicas chamameceras”, recuerda quien se llevó un premio Gardel por el disco Puertos (2016). En su música se respira el perfume del tango. “Es inevitable para mí que se filtren otros géneros con los cuales conviví por estar cerca del Río de la Plata, y haber tocado y disfrutar de otras músicas”, cuenta. En el concierto se escucharán por separado las tres propuestas con los grupos de cada uno y al final tocarán todos juntos versiones de algunos chamamés clásicos. Y habrá una cantante invitada: la misionera Florencia Bobadilla. “La música del Litoral viene creciendo a pasos agigantados –afirma Monzón–. Muchos prejuicios también tuvieron que romperse en el camino sobre una música que fue muy marginada. Pero lo más notable es que se multiplicaron los intérpretes y los estilos”.