Estados Unidos dio ayer un paso mínimo para regular el uso de armas de asalto con la presentación formal de una propuesta para prohibir los aceleradores de disparos llamados “bump stocks”.
La propuesta, presentada por el Departamento de Justicia, llegó tres semanas después de un tiroteo en una escuela de Florida en la que 17 personas murieron. La matanza reavivó el siempre latente debate sobre la regulación de armas en Estados Unidos. Luego de ese episodio, el presidente Donald Trump envió una recomendación al fiscal general, Jeff Sessions, para que impulsara una medida que prohíba el uso de los aceleradores de armas.
Ese tipo de implemento es el que utilizó, en octubre pasado, Stephen Paddock para disparar contra una multitud que asistía a un concierto de música country al aire libre en Las Vegas. Paddock disparó desde la ventana del hotel, y mató a 58 personas y dejó más de 580 heridas con la ayuda de un acelerador de disparos.
El nuevo reglamento necesita la aprobación de la Oficina de Gerencia y presupuesto federal antes de su publicación, aunque no debe ser sometido a una votación en el Congreso para entrar en vigor.
“El presidente Trump está absolutamente comprometido con garantizar la seguridad y la protección de todos los estadounidenses y nos ha ordenado que propongamos una regulación que aborde los aceleradores de disparos”, señaló Sessions en un comunicado. La medida, según el propio departamento, prohibirá la posesión, la venta y la fabricación de aceleradores de disparos.
La decisión de prohibir este tipo de dispositivos tiene, no obstante, la oposición de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), el un poderoso grupo de presión que invierte importantes sumas de dinero en las campañas de muchos políticos estadounidenses.
La novedad llegó un día después de que Florida anunciara una serie de regulaciones para la compra de armas. El gobernador Rick Scott promulgó una ley que aumenta la edad mínima para comprar rifles de 18 a 21 años, amplía a tres días el período de espera para comprar casi todo tipo de armas y crea la figura de un “guardián” escolar, al que se le permite portar armas en el colegio.
Sin embargo, la NRA también rechazó la medida. “(La ley) castiga a los propietarios de armas respetuosos de la ley por los actos delictivos de un individuo trastornado”, dijo Chris Cox, el director ejecutivo del grupo en un comunicado.
La aprobación de la ley es una victoria de los alumnos de la escuela Marjory Stoneman Douglas que, tras sobrevivir al ataque del 14 de febrero, iniciaron una fuerte campaña por el control de las armas. “Ustedes ayudaron a cambiar nuestro estado. Hicieron la diferencia. Deberían estar orgullosos”, les dijo Scott a los estudiantes. No obstante, para los estudiantes que sobrevivieron a la matanza, la ley es un pequeño paso, aunque grande a la vez. “Esto es por lo que hemos estado luchando”, dijo el estudiante Chris Grady en declaraciones a la cadena de noticias CNN, aunque aclaró que está lejos de ser una solución a largo plazo.