Un asalto en una casa del conurbano culminó con un ladrón muerto y la huida de otros cinco. Quien provocó que la banda escapara al matar a uno de sus integrantes fue un chico de 13 años, hijo de la dueña de casa.
El episodio ocurrió el martes a las 21.15, en una casa ubicada en Tirso de Molina y Diagonal Norte, en el partido de Moreno, al oeste del conurbano. La mujer estaba entrando su auto al garaje cuando fue interceptada por los ladrones, quienes a los gritos comenzaron a exigirle la entrega de dinero. Al ver que su madre estaba siendo atacada por delincuentes, un chico de 13 años, que estaba en la casa, tomó un arma de su padre y disparó dos veces contra uno de los ladrones.
"Vio que le estaban pegando a mi señora, que le pedían plata. Se puso muy mal cuando vio que tenían a su hermano de 11 años de los pelos y agarró una pistola que es de mi propiedad y tiró", explicó Marcelo Salinas, padre del chico. El arma, una pistola Taurus 9 milímetros, se encontraba en un mueble y Salinas había informado de ello a sus hijos, debido a un episodio anterior de inseguridad.
"Tiró y le pegó. Ahora no te puedo explicar cómo está. Llora, no puede dormir, está en shock. Está mal por lo que hizo y dice que no tenía intención de hacerlo", añadió Salinas. También afirmó que el chico "no quiere volver a la casa". Su otro hijo, de 11 años, recibió un impacto por un disparo de los ladrones. El tiro rebotó en una pared e impactó en su cabeza, provocándole un corte en el cuero cabelludo.
"Creo que han tenido códigos. Estaban todos armados con escopeta y podrían haber tirado, no han querido. Tiraron hacia otro lado y se fueron corriendo. No es que un chico de 13 años los asusta. Dentro de la mierda que son, les agradezco, porque podrían haber hecho un desastre", siguió Salinas, quien afirmó que el arma usada por su hijo está “registrada”.
Salinas recalcó que su hijo actuó “en legítima defensa”, disparando “como si fuese la Play Station”. Mientras el delincuente caía herido, sus cómplices huían en un Volkswagen Voyage gris. El auto apareció abandonado a pocas cuadras y se supo que había sido robado el 23 de octubre.
El delincuente muerto tenía dos orificios de bala: uno en el pecho y otro en el tórax. No tenía documentos y llevaba puesto un chaleco antibalas que decía “Policía”. Se le encontró un revolver con cinco cartuchos.
La Justicia secuestró el arma usada por el hijo de Salinas, al tiempo que el fiscal del Fuero Penal Juvenil de Moreno, Pedro Marchetti, considero, que se trata de un caso de legítima defensa. Salinas anticipó que, después de lo ocurrido, su intención es mudarse a un country.