Finalmente el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, se sentaron en una misma mesa con los miembros del comité ejecutivo de la UIA para descomprimir la tensión de los últimos días. Cara a cara, el titular de la UIA Miguel Acevedo- acompañado por los dos vicepresidentes de la entidad, Daniel Funes de Rioja y Luis Betnaza- renovó sus críticas al Gobierno por la presión tributaria y el alto nivel de importaciones.
Tras una hora de reunión, sin la presencia del presidente Mauricio Macri, ambas partes acordaron profundizar el diálogo en "mesas sectoriales". Según trascendió, el Ejecutivo se comprometió a “canalizar los reclamos” de los empresarios, aunque ratificó que no negociará el cierre de importaciones. Uno de los pedidos de los industriales se centró en la necesidad de revitalizar el mercado interno y “salir a ganar mercados internacionales”.
“Esperamos distender la relación, volver a los cauces normales, y ver cómo nos podemos apoyar", declaró Acevedo en la previa del encuentro. En tanto, Cabrera relató durante la conferencia de prensa posterior que se trató de “una charla larga, franca y abierta”. “Hubo muchas coincidencias para trabajar juntos, para mirar hacia el futuro. La verdad es que no había un problema. La idea es profundizar los acuerdos sectoriales", puntualizó.
El entredicho entre el Ejecutivo y los industriales comenzó el 27 de febrero, cuando la Junta Directiva de la UIA, en un encuentro privado, cuestionó el crecimiento de las importaciones, la baja del consumo, la suba de tarifas, la persistencia de los cortes de luz y el acuerdo de libre comercio del Mercosur con la Unión Europea.
Las críticas causaron preocupación en el Gobierno nacional, y el primero en ponerse el sayo fue el propio Cabrera, quien respondió que el país “requiere empresarios protagonistas”, al tiempo que le reclamó a los industriales que asumieran "una agenda ofensiva y no defensiva”. Al sábado siguiente dobló la apuesta y advirtió que los empresarios deberían dejar "de llorar y ponerse a invertir y a competir”, sostuvo.
Ayer, en la víspera del encuentro de hoy, Cabrera publicó una columna en el diario La Nación y le bajó el tono a sus dichos, aunque no se desdijo. “La semana pasada dije que algunos empresarios tenían que dejar de llorar y ponerse a trabajar hacia el futuro. Quizás a alguno no le gustó la forma; pero el fondo es claro: tenemos que cambiar y ser más competitivos. Es un camino compartido. Me consta que muchos de ustedes ya lo están transitando”, señaló.