En un escenario de aceleración de la inflación, el Banco Central decidió ayer mantener la tasa de interés de política monetaria en 27,25 por ciento anual. El organismo que conduce Federico Sturzenegger convalida así las estimaciones privadas de un recalentamiento de precios y reconoce además que debió intervenir en el mercado cambiario para que un aumento en la cotización del dólar no genere más inflación. “Una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria y que, de no evitarse, tendría el potencial de ralentizar el proceso de desinflación”, destaca el comunicado del Central.
En la jornada de ayer la divisa al público aumentó en siete centavos a 20,61 pesos, luego de cuatro bajas consecutivas producto de sendas intervenciones del organismo. El BCRA admite también que la inflación núcleo se explica por los tarifazos de servicios regulados. “El BCRA no relajará su política monetaria hasta que se confirmen señales de desinflación compatibles con el sendero buscado”, concluye el comunicado.
El movimiento del Central estaba descontado en el mercado, pero eso no implicó que ayer no se registrara otra jornada de tensión cambiaria. Si bien no fue inesperada la decisión de mantener la tasa de interés rectora en niveles altos para contener la inflación, el comunicado es bastante elocuente en cuanto al impacto de la devaluación en los precios internos, aunque el resto del equipo económico de Cambiemos intente minimizarlo. Esto se da en un contexto donde ha aumentado la demanda privada por dólares que ha impulsado al Central a intervenir entregando reservas. En los últimos siete días la autoridad monetaria sacrificó 522 millones de dólares.
Ayer no intervino y la baja con la que había comenzado la rueda en la plaza cambiaria, producto de la expectativa de que se mantendría la política monetaria contractiva, se revirtió pasado el mediodía y la demanda llevó a una nueva escalada en el precio. Si se toma en cuenta el mínimo de 20,50 pesos al que cotizó por la mañana –cuatro centavos menos que en la víspera-, la escalada diaria fue de 11 centavos. Sin intervención directa en el mercado, las reservas cerraron en 62.392 millones de dólares, con un aumento de 8 millones.
La entidad había modificado por última vez la de pases bancarios a siete días el 23 de enero, cuando la redujo en 75 puntos básicos desde un 28 por ciento previo. Frente a una inflación persistente y una demanda de dólares creciente, el Central no tiene demasiado margen de maniobra si además pretende mantener su política de metas de inflación. En las últimas semanas se conoció el resultado del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). La inflación esperada para 2018 aumentó de 19,4 a 19,9 por ciento para el nivel general y de 16,9 a 17,1 para el componente núcleo. En tanto, la expectativa de inflación creció de 13,5 a 14,0 por ciento para 2019 y de 9,1 a 9,7 para 2020.
Por su parte, las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados por el BCRA indican que la inflación de febrero mostrará un alza respecto del valor registrado en enero, tanto en el nivel general como en la inflación núcleo, principalmente como “producto de un aumento en los precios regulados y del precio de algunos bienes transables”, asegura el comunicado del organismo monetario. Para enero, el Indec informó una inflación general de 1,8 por ciento, pero en febrero las estimaciones privadas que remarca el Central la ubican en la zona de 2,6 por ciento. “El BCRA considera que esa aceleración de precios es temporaria y que, completadas buena parte de las correcciones tarifarias y apaciguada la dinámica cambiaria local, la inflación consolidará su tendencia a la baja”, agrega. De esta manera, el Central no sólo reconoce el ‘pass through’, traslado a precios de la devaluación, sino que anticipa que hasta que no terminen los tarifazos no se logrará contener la inflación.
Otro factor que influye en la elevada inflación actual, y que reconoce el propio Central, es la devaluación. También admite una mayor presión sobre el dólar. “Luego de la pronunciada depreciación observada desde diciembre, durante las últimas semanas el peso siguió mostrando signos de debilidad. En ese contexto, el BCRA decidió intervenir para sostener el valor de la moneda”, señala el comunicado. Durante la jornada, el precio de la divisa en el segmento mayorista avanzó dos centavos a 20,24 pesos, como resultado de la pausa que aplicó el Central en sus intervenciones. En el mercado a futuro el dólar se pactó para fin de este mes en 20,43 pesos y para el cierre de mayo en 21,23 pesos.