Una portada con dos mellizas, una blanca y otra negra, bajo el título “Blanco y negro” y la bajada “Estas mellizas nos hacen repensar todo lo que sabemos sobre raza”, son la manera de iniciar un mea culpa de la National Geographic respecto de sus coberturas durante décadas. El número de abril fue anunciado hoy y marca un quiebre en la historia de la publicación científica más famosa del mundo.
La editora de la revista, Susan Goldberg, es quien encaró la nota de portada, que sacudió a todos.“Durante décadas nuestra cobertura fue racista. Para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo”, arranca el texto. Así, se da pie a John Edwin Mason, profesor de Historia de África en la Universidad de Michigan, que además es fotógrafo. Mason analizó ediciones de la revista para fundamentar el carácter racista de las coberturas.
Por caso, el académico concluyó que en la década del 70 la revista ignoró por completo a las personas de raza negra dentro de los Estados Unidos; y que cayó en clichés tales como mostrar a los nativos de diversos lugares como seres exóticos e ignorantes.
Según Mason, la revista “hizo poco para empujar a sus lectores más allá de los estereotipos arraigados en la cultura estadounidense blanca”. Afirmó que los norteamericanos “obtuvieron ideas sobre el mundo a partir de las películas de Tarzán y de las burdas caricaturas racistas”. Fue más allá al decir que la revista se apartó de su función educativa para reforzar mensajes que se recibían.
“National Geographic nace en el apogeo del colonialismo, y el mundo se dividió en colonizadores y colonizados. Esa era una línea de color, y National Geographic estaba reflejando esa visión del mundo”, fundamentó el catedrático.
Goldberg decidió “compartir las espantosas historias del pasado de la revista”, e incluyó notas de hace un siglo, como una de 1916, que hablaba en tono despectivo sobre nativos australianos. En el epígrafe de una foto se informaba al lector de entonces: “Hermanos negros de Australia del Sur: estos salvajes son los más bajos en inteligencia de todos los seres humanos”.
Para Goldberg, primer mujer en la historia en estar al frente de la publicación, debe haber “un futuro editor” que “revise con orgullo nuestra cobertura, no solo sobre las historias que decidimos contar y cómo las contamos, sino sobre el diverso grupo de escritores, editores y fotógrafos detrás del trabajo”.