Yeguas. Podemos, por lo tanto somos. Ya desde su título, la publicación de la editorial autogestiva Invisible planta con contundencia un mensaje. Lo hace colectivamente y con belleza, según puede verse en las páginas de este libro de cuidada edición, en el que desfilan mujeres importantes de todos los tiempos y geografías, investigadas e ilustradas por más mujeres de todo el mundo. Mañana a las 19, el libro será presentado en el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151), con una cantidad de actividades que trascienden a un acto de presentación formal: habrá ilustración y música en vivo, proyecciones, intervención de un panel gigante, performances teatrales, e invitaciones varias a la participación del público. 

De Evita a Diana Sacayán, de Rigoberta Menchú a Estela de Carlotto, de Marie Curie a Patti Smith, o de Mary Shelley a la Premio Nobel Malala Yousafzai, las cincuenta mujeres que pone de relieve este libro se destacan por distintos motivos, en distintos contextos. Hay algunas menos obvias si se piensa en una selección de este tipo, como Madonna o Yoko Ono, y las editoras cuentan que hubo mucho debate y argumentación para incluir a cada una. O para excluirlas, como ocurrió con Frida Kahlo, o con Cristina Fernández de Kirchner, a quien sin embargo se hace de algún modo alusión desde el título. De todas ellas se presentan breves biografías, y una aplicación para Android permite escanear el código de cada imagen y acceder a información ampliada de la vida de cada personaje. Además, desde el sitio www. invisible. com.ar se puede descargar gratuitamente una versión digital extendida que suma otras treinta mujeres.

La licenciada en Ciencias de la Comunicación Micaela Sánchez Malcolm y la diseñadora gráfica e ilustradora Tatiana Pollero están detrás de este libro y de Ediciones Invisible, un emprendimiento que suma otros títulos. Esta idea, cuentan, comenzó después de la ebullición de la marcha de mujeres del año pasado, y se gestó con un largo trabajo. “Pensamos Yeguas como una posibilidad de mostrar que este clima de época que estamos viviendo, este reclamo legitimo y actual, se retrotrae hasta los inicios mismos de la civilización. Por eso una de las primeras mujeres que integran el libro, después de la figura de la Pachamama, es Hipatia de Alejandría, que ya en el siglo IV después de Cristo estaba reclamando por el derecho de las mujeres a ejercer el poder del pensamiento. Fue una filósofa y maestra muy destacada en Grecia, a quien sin embargo excluyeron de la cadena filosófica”, comentan.

Pensando en lograr un producto que sume historia, texto e ilustración, lanzaron una convocatoria de ilustradoras de todo el mundo, a la que se postularon más de 5200 artistas. Entre las ochenta seleccionadas quedaron algunas muy reconocidas, como la española Ana Juan, otras muy jóvenes y emergentes, y estilos de lo más diversos. El libro se completa con un prólogo de Marta Dillon, y su edición fue posible a través de una campaña de financiamiento colectivo.  

“Intentamos abarcar mujeres de todas las épocas y latitudes, aunque claro, hay una fuerte impronta argentina y latinoamericana. Tuvimos en cuenta los legados que dejaron, las luchas que emprendieron, los aportes que llevaron adelante en diferentes campos: científico, filosófico, artístico, político. Son mujeres muy diversas que muestran una pluralidad grande de voces, pero hay algo que las une: todas, desde sus roles, disputaron espacios que eran predominantemente masculinos, y ocuparon esos espacios desde sus lugares de mujeres”, observa Sánchez Malcolm. “Las luchas que dieron todas ellas, nos identifican y repercuten hoy. Desde Eva Perón con su trabajo social y el hito histórico del voto femenino, hasta Diana Sacayán con todo su activismo por la ley de género, todos esos legados tienen que ver con disputas que seguimos viviendo todos los días en carne propia, en esta actualidad”. 

Si definir la lista de homenajeadas fue difícil en general, en algunos casos el debate se amplió. Las editoras dicen que buscaron incluir también a mujeres no tan conocidas, y a otras que no parecían a priori tan obvias. “Madonna está en función de su lucha individual sobre el lugar de la mujer en la industria de la música, en su caso, a escala global. De Yoko Ono, destacamos su recorrido artístico, y el hecho de que sus últimas muestras tuvieron que ver con mostrar e investigar las violencias hacia las mujeres”, cuentan. Dentro de esa idea de romper con la obviedad está también la decisión de no incluir a Frida Kahlo entre las mujeres resaltadas. “Es una figura muy instalada a partir de su legado artístico, pero nos pusimos a pensar qué pasaba en su rol como pareja, si no ocupó un arquetipo de mujer más sumisa en el plano emocional o en el plano profesional, a la sombra de su pareja”, justifican.

“También pensamos mucho alrededor de la inclusión o no de Cristina Fernández de Kirchner. Finalmente no estuvo, por todo lo que implicó su postura contra la legalización de aborto, en un momento histórico importante para el tema. Pero reconocemos su figura y la traemos, aludida, con el título. Quisimos así volver a discutir todo lo que significaron los agravios a su persona cuando era cabeza de Estado, cómo operó esa lógica de agraviar con connotaciones femeninas negativas. Nosotras, obvio, nos reivindicamos como Yeguas”, advierten. 

Así debatida y consensuada, la lista sigue con mujeres como Azucena Villaflor, María Elena Walsh, Alejandra Pizarnik, Marie Curie, Simone De Beauvoir, Doris Lessing, Nina Simone, Mercedes Sosa y Mafalda, entre muchas. Y con otras menos conocidas como Ana Mendieta. “Es una artista que nació en cuba pero vivió en México, fue una de las primeras mujeres que llevó adelante la performance para denunciar la violación y la objetivación del cuerpo de la mujer. Murió presuntamente asesinada por su pareja, Carl Andre, un artista minimalista que sigue exponiendo en las principales galerías del mundo. Quisimos darla a conocer por su vida y por su muerte”, detallan.

“Junto a nosotras hay muchas otras mujeres trabajando en un proyecto común, todas somos gestoras y militantes”, concluyen. “No estamos enfocadas solo en la lucha de las mujeres, porque tenemos un recorrido de militancia desde siempre, digamos que vamos a marchas desde muy chiquitas. Pero sentimos que en este tiempo, de esto teníamos que hablar, y elegimos hacerlo desde el arte”. Las editoras ofrecen el libro por ahora desde su página web, www. invisible. com.ar. Dicen que quieren hacer productos de calidad, pero accesibles, y están atentas a llegar a bares, fundaciones, espacios comunitarios. Mientras tanto, sueñan con encontrar un circuito de producción que les permita llegar a más lugares.