"Vos retratás a alguien, ¿y qué hiciste por esa persona?". Se lo pregunta el entrevistado a la entrevistadora y se lo pregunta a sí mismo. Diego Paruelo, fotógrafo documentalista, visitó cada semana durante tres años a Sergio Gasco, ex combatiente civil de Malvinas. A veces lo fotografiaba y a veces no, según el estado de ánimo del retratado, respetando además los tiempos de espera de la foto en película y la copia en papel. Hoy a las 19.30 inaugura en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento) su muestra que reúne un puñado de aquellas fotos. El título es "2 de abril", la fecha del desembarco que marcó un quiebre en la vida de Gasco y de tantos. Mañana a la misma hora, dará una charla sobre la exposición.
Son fotos en blanco y negro, en película de 35 mm, impresas en papel fibra. Sergio Gasco ya no está para verse una vez más reflejado en aquellos espejos. Las secuelas de los estragos de esa otra forma del genocidio, camuflado de gesta bélica, se lo llevaron en 2003. Pasó bastante tiempo hasta que Diego Paruelo pudiera mirar de nuevo esas fotos. En 2006, entre otros espacios en distintas ciudades del país, las mostró en el Museo de la Memoria de Rosario. Una de aquellas fotos, donde la mujer y el hijo del ex combatiente sostienen su casaca (una de las pocas cosa que trajo) y miran a la cámara, ingresó a la colección del Museo como donación de su autor. La historia detrás es la que él cuenta ahora: Sergio vivía cuando fue tomada esa imagen.
"Me acuerdo de mi vieja escuchando el comunicado de que habían invadido Malvinas y llorando".
Diego Paruelo habla en una voz curtida y joven, que tiene el fulgor áspero del rock. Cuenta que con esa serie de fotos, y con sus fotos de conciertos de rock, entró como colaborador en la edición nacional de la revista Rolling Stone. "¿Por qué Malvinas?", se anticipa a la pregunta. Y ensaya una respuesta: "Soy del '76. Me acuerdo de mi vieja escuchando el comunicado de que habían invadido Malvinas y llorando. Yo viví hasta los 13 en Rosario y me vine para acá. En Buenos Aires vi a los ex combatientes en los colectivos vendiendo reglas, lapiceras", recuerda con indignación y dolor.
Su primer encuentro con la fotografía fue a los 15 años, cuando cursaba la escuela secundaria. "Mi viejo tenía una cámara alemana Voiglander. Empecé a hacer fotos y entré a los 19 en la Escuela Avellaneda (el Instituto de Arte Fotográfico y Técnicas Audiovisuales en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires) donde cursé la carrera de Fotografía, de tres años. Cuando Adriana Lestido vino a la Escuela Avellaneda y mostró su serie de fotos de las madres presas con sus hijas, me di cuenta qué era lo que quería hacer: documentalismo".
Su vocación por el fotoperiodismo, sus ganas de contar historias en imágenes, sumaron fuerzas a una decisión: "Tengo que hacer algo vinculado a Malvinas". La serie de retratos de Juan Travnik ya existía y él prefirió no contar muchas historias, sino "ir a fondo en una". "A partir de ir al Centro de Veteranos de Guerra de Lanús empecé a conocer historias. En una reunión de mujeres de ex combatientes conozco a Fabiana, la mujer de Sergio, y nos ponemos a charlar. Me cuenta que el marido no iba a las reuniones. Era como un rebelde. Le pedí que le preguntara si podía ir a visitarlo y la respuesta de él fue que sí. Fui y pegamos onda. Le tuve que contar qué quería hacer, para lograr su confianza. Le dije que quería hacer como un documental en fotos. Empecé a hacer fotos, revelar y llevarle para que vea el producto. Una vez por semana estar con él, tres años de amistad... Nunca pensé que iba a terminar de la manera en que terminó. Se enfermó y falleció. Estuve como un año y pico con las fotos guardadas".
No fue sólo mirar sino escuchar: los sueños recurrentes, el trauma de la cruenta batalla de Mount Longdon, que Sergio comparaba al desembarco en Rescatando al soldado Ryan. "Caían pedazos de cuerpos, un brazo, una pierna", vuelve a narrar Gasco en la voz del testigo del testigo. "Doce horas tirándose tiros. De su batallón quedaron cuatro". El tiempo de estas fotos es el de la memoria, la justicia y la verdad.