El conductor del camión que embistió la multitud en el mercado de Berlín se llamaba Lukasz Urban, un polaco de 37 años, a quien le robaron su vehículo momentos antes del ataque, se convirtió en la primera víctima fatal del atentado. Según sus familiares, fue apuñalado y rematado a tiros en la cabina de su camión. Su primo y propietario del camión siniestrado, Ariel Zurawski, tuvo que ir el martes a la comisaría en Gryfino, Polonia, para identificar por fotos a Urban: “Se veía que había luchado. Se veían heridas cortantes. Su rostro estaba ensangrentado, hinchado. La policía me informó que había sufrido heridas de bala. A pesar de ser apuñalado, fue asesinado a tiros”, contó a los medios. Urban, casado y con un hijo de 17 años, nació en la aldea occidental de Roznowo, cerca de la frontera con Alemania, y hace dos días fue encontrado muerto en la cabina del camión que fue secuestrado para embestir a una multitud y asesinar a otras 11 personas y herir a 48. Urban, que pesaba 120 kilos y medía 1.83 metro, aparentemente se defendió puertas adentro del camión. Según publicó ayer el diario alemán Bild, Urban, que se encontraba en el asiento del copiloto, estaba vivo en el momento del atentado, de acuerdo con la autopsia y lo remataron con un arma de pequeño calibre que aún no apareció. La policía berlinesa había informado vía Twitter que el hombre que fue encontrado muerto en el camión (Urban) no controlaba el vehículo que provocó la masacre.
El conductor, primera víctima
Este artículo fue publicado originalmente el día 22 de diciembre de 2016