En Alemania, país que hasta ahora se había librado de sufrir ataques de gran magnitud, se abrió el debate sobre el incremento de las medidas de seguridad. “Este atentado podría haber sido evitado si la plaza hubiera estado protegida por bloques de cemento’’, criticó Joachim Krause, director del instituto para las políticas de seguridad de la Universidad de Kiel, tras el ataque con un camión que causó el lunes 12 muertos y 48 heridos en un mercado navideño de la capital alemana. “Hay que garantizar sistemáticamente la seguridad en este tipo de plazas, como en Israel, pero en Alemania este aspecto ha sido descuidado’’, añadió al diario Handelsblatt.
Los mercados navideños de Hamburgo, Stuttgart y Dresde instalaron vallas de cemento desde el lunes por la noche. Las autoridades se defienden alegando, como el jefe de la policía judicial alemana (BKA) Holger Munch, que no existe una seguridad total. “Siempre hay un riesgo’’, advirtió. “Si adoptamos medidas de seguridad en todas las entradas de los espacios públicos, nos alejamos de la cultura de apertura que es la nuestra’’, reaccionó ayer el alcalde de Berlín, Michael Müller.
El gobierno de Alemania aprobó ayer un proyecto de ley para reforzar las medidas de seguridad que incluye más vigilancia pública con cámaras de video, cámaras corporales para las fuerzas policiales y sistemas de lectura de matrículas de vehículos. “El ataque del lunes evidencia que los autores de estos actos abominables eligen lugares públicos donde puedan hacer el mayor daño posible”, apuntó el vocero del gobierno, Steffen Seibert.
El proyecto de ley fue elaborado por el ministro de Interior, Thomas de Maizière como respuesta a las “nuevas amenazas” y la vigilancia con cámaras abarcará áreas públicas como inmediaciones de estadios de fútbol, centros comerciales, estaciones de transporte público, centros deportivos o mercados y ferias navideños, destacó Seibert. Luego, insistió en que el proyecto de ley “se ciñe rigurosamente” a la normativa alemana en cuanto a protección de datos personales.
Con esta ley, la policía amplía sus competencias en los registros de llamadas telefónicas y uso de las “bodycams” (cámaras que llevan integradas los agentes en su uniforme) para poder utilizar los datos recabados en la identificación tanto de víctimas como de agresores o delincuentes. Y se incluyen en este paquete de nuevas medidas de seguridad sistemas para captación y lectura de matrículas de vehículos.
Sin embargo, el debate ya está instalado. El ala bávara (CSU) del partido conservador de la canciller Angela Merkel reactivó una campaña que había iniciado hace algunos meses tras los primeros atentados reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI) en Alemania, y cuyo objetivo es autorizar al ejército a realizar tareas de seguridad pública. “El Bundeswehr (ejército) debería poder aportar su contribución a la seguridad de los ciudadanos allí donde sea necesario, gracias a su material o su entrenamiento’’, y ayudar a la policía, pidió un miembro del CSU, Florian Hahn, en el grupo de prensa regional Madsack.
Aunque las patrullas de soldados armados son frecuentes en los países europeos golpeados por atentados islamistas, como Francia o Bélgica, son en cambio un tabú en Alemania que, tras el período nazi, limitó voluntariamente en su Constitución las posibilidades de intervención de su ejército. Tras los atentados islamistas de escasa magnitud registrados en los últimos meses, las autoridades dieron un primer paso autorizando ejercicios conjuntos entre la policía y el ejército.
Pero aún se está lejos de una autorización de despliegue en la vía pública. Además, las declaraciones de los políticos son mesuradas, y nadie contempla un posible estado de emergencia. Un responsable del partido de Merkel (CDU), Klaus Bouillon, generó polémica al hablar de “estado de guerra’’ en el país tras el atentado de Berlín. De inmediato tuvo que dar marcha atrás.