“La policía molió a golpes a mi hijo y lo dejó en coma y peleando por su vida”, denunció a Adelina, la mamá de Facundo Agüero, un trabajador de 22 años que el jueves pasado fue ingresado al hospital regional de Neuquén luego de sufrir un paro cardíaco al ser detenido por policías que lo acusaron del robo de un perfume, cuyo ticket de compra estaba en la billetera del joven.
La madre de Agüero contó a PáginaI12 que “el jueves pasado, el día de la mujer, Facundo estaba yendo a la tarde a su trabajo en el supermercado Coto, pero nunca llegó”.
Según la versión policial, el joven había robado una colonia en una perfumería del centro de la capital neuquina y, tras ser perseguido por policías de la comisaría 1ª, habría caído de un paredón de alrededor de cuatro metros de altura. Esta versión fue retransmitida a la familia por la médica que inicialmente atendió al joven en el Hospital Castro Rendón, al que llegó en una ambulancia a las cuatro y media de la tarde.
“A las cinco y medio me avisan a mi trabajo, que es en Chocón Medio, a cien kilómetros de Neuquén, que Facundo estaba internado. Recorrer esos kilómetros fue desesperante porque no sabía qué había pasado”, recordó la madre del joven.
Adelina explicó que “cuando llegué me atendió una doctora y me comenta que Facundo corría de la policía y que cayó de un paredón de cuatro metros. Pero cuando entré a la sala donde estaba me doy cuenta enseguida de que no había sido una caída como decían. Era un horror, todo golpeado, con moretones de los pies a la cabeza y totalmente lastimado”. “Pregunté por qué, si había robado no estaba la policía, y me dijeron que se había ido. Después salí para avisarle a mi pareja que Facundo estaba ahí y fui a buscar las pertenencias de mi hijo. Cuando me las traen, estaban en una bolsita, y el guardia que la trajo hablaba con otro y le decía que Facundo era el chico demorado por una colonia, como pidiéndole permiso para darme las cosas. Saqué sus prendas, sus medias, el calzoncillo y la billetera. Abrí la billetera y adentro tenía la tarjeta del trabajo, el dinero y un papel blanco que cuando lo abro era el ticket de la colonia. Hay tuve el presentimiento de madre y la certeza de que lo habían recagado a palos”, afirmó la mujer al borde del llanto.
En medio del dolor y el desconsuelo, Adelina pidió saber dónde estaban el resto de las pertenencias de su hijo: la remera, las zapatillas y la colonia que decían que se había robado y, ya con la sospecha de la molienda a palos transformada en certeza, qué ambulancia había llevado al hospital a Facundo y quiénes eran los policías que intervinieron.
“No me supieron decir nada, ni qué policías participaron ni cuál ambulancia lo trajo a la guardia. Sí me dieron un informe médico, que dice que se cayó de un paredón de cuatro metros”, agregó, y consideró que “se supone que si caés de esa altura alguna fractura ósea vas a tener. Pero Facundo tiene un oído reventado porque le salía sangre desde adentro, un ojo cerrado que no puede abrir y moretones por todo el cuerpo. Fue la golpiza brutal que lo dejó al borde de la muerte”, remarcó.
Al día siguiente a la internación, la familia realizó la denuncia en la Fiscalía a cargo del fiscal Diego Azcárate.
“Entregué evidencias y llevé fotos, porque con todo el dolor del mundo le saqué muchas fotografías a mi hijo para mostrar su estado. Y le pedí al fiscal que se revisen las cámaras de seguridad donde ocurrieron los hechos que, según me dijeron, fue en Periodistas Neuquinos 136. No quiero que se borre evidencia como ha pasado con muchos casos que, oh casualidad, el día que pasan las cosas las cámaras se rompen o no funcionan”, advirtió.
Facundo había llegado cuatro meses atrás a la capital neuquina desde Picún Leufú, donde vive su familia. Con secundario completo, consiguió trabajo en un supermercado. Para Adelina “si fuera un ladrón no estaría trabajando, y si hubiese tenido antecedentes no lo hubieran tomado. Es un chico respetuoso y educado”, remarcó.
“Cuando a una le pasa algo corren muchas versiones, por eso me presenté en el trabajo de Facu donde me dijeron que ese día había ido a la mañana a trabajar y, como no se sentía bien, pidió hacer el turno de la tarde. El estaba volviendo al trabajo pero nunca llegó, me lo agarró esta jauría de maleantes que me lo sonaron. Quiero que esto se esclarezca y que los responsables paguen”.