El Ministerio de Justicia finalmente concretó la eliminación de la Unidad AMIA, luego de las reyertas entre su titular Mario Cimadevilla y Germán Garavano. Sus funciones fueron absorbidas, en la secretaría de Derechos Humanos, por el programa Verdad y Justicia, que conduce Mariano Fridman, quien no es ajeno al tema: fue abogado de la DAIA en la época de Rubén Beraja y trabajó con una abogada que también estuvo vinculada a Alfredo Yabrán. Fridman debió renunciar al cargo que tenía en la DAIA, según relata su ex titular Jorge Elbaum, porque cobraba un sueldo y no iba a trabajar. Memoria Activa cuestionó que las funciones de la investigación queden en manos de una persona que estuvo vinculada a quienes están siendo juzgados por el encubrimiento del atentado a la mutual judía. Y adelantaron que presentarán una nueva denuncia ante la CIDH.
Garavano tenía desde hace tiempo un enfrentamiento con el ahora ex titular de la disuelta Unidad AMIA, Mario Cimadevilla, que recrudeció cuando, tras un cambio de abogados de último momento, la querella del Estado en la causa por encubrimiento del atentado resolvió no acusar a los ex fiscales José Barbaccia y Eamon Mullen. La movida también enfrentó a Garavano con Elisa Carrió, al punto que la abogada de confianza de la líder de la Coalición Cívica, Mariana Stilman, renunció a la Unidad AMIA.
Con el ajuste de cargos políticos que planteó el presidente Mauricio Macri, Garavano encontró la oportunidad para librarse de Cimadevilla: ayer una resolución del Ministerio de Justicia ubicó sus funciones en la dirección general de Verdad y Justicia, que conduce Fridman.
La novedad desató las críticas de la agrupación Memoria Activa, quien cuestionó que, además de bajarla de rango, le “entregan al ladero de Beraja, Claudio Avruj, y al ex DAIA, Fridman, la unidad AMIA, por lo que lo único que queda claro es que la impunidad se seguirá garantizando. Mariano Fridman no sólo trabajó en la DAIA sino que además acompañó a la cuestionada abogada de la DAIA Marta Nercellas en el juicio por el atentado en el que se pusieron del lado del ex juez Galeano”. La agrupación, que por estos días está presentando sus alegatos en la causa de encubrimiento, advirtió que “este accionar será denunciado ante la Comisión Interamericana de Derecho Humanos”.
En el currículum que Fridman presentó como docente de la Facultad de Derecho de la UBA, señala que entre 1997 y 1998 fue director de Asuntos Jurídicos de la DAIA: mientras estaba en ese cargo, en 1998 representó a la DAIA en la causa por el atentado a la Embajada de Israel y en 1999 se incorporó al grupo de abogados de la DAIA en la investigación por la AMIA. En 2003, añadió, comenzó a trabajar en el estudio Nercellas Abogados.
El ex titular de la DAIA Jorge Elbaum recordó que debió pedirle la renuncia por la incompatibilidad que implicaban los dos trabajos. Consultado por este diario, Elbaum relató: “Cuando asumí en la DAIA vi que Fridman no venía a trabajar. Hice consultas con una subalterna, Débora Kot, que me dijo que efectivamente como director de Asuntos Jurídicos no venía a trabajar y que tenía en el mismo horario un trabajo en el estudio de Marta Nercellas. Lo cité a Fridman y me dijo a boca de jarro que no podía hacer las dos cosas”. “Hablé con el consejo directivo y me autorizaron a que le pidiera la renuncia. Él renunció a desgano y siguió trabajando con Nercellas, que había sido apartada por la DAIA por sus vínculos con Beraja y con el Fino Palacios”, recuerda Elbaum.
Nercellas fue la abogada de la DAIA en épocas Beraja y también íntima del Fino Palacios: cuando lo investigaron por las escuchas ilegales, encontraron que Palacios había intercambiado 112 llamadas con Nercellas. La abogada con la que trabajó Fridman también defendió por evasión impositiva a las empresas Zapram, vinculadas a Alfredo Yabrán e integradas por represores de la dictadura.
Nercellas, además, estuvo suspendida un año de sus funciones como abogada por un año por el Comité de Disciplina del Colegio Público de la Capital, que la encontró responsable de irregularidades cometidas durante el primer juicio por el atentado a la AMIA. Se la acusó de mantener entrevistas con el policía bonaerense Bautista Huici para convencerlo de que inculpara a sus compañeros. Las conversaciones fueron grabadas con micrófonos sin que Huici lo supiera. Hoy Nercellas se dedica a defender las acusaciones de Alberto Nisman y los fallos de Claudio Bonadio.
Tras un paso por las fiscalías porteñas, Fridman fue convocado por Avruj. Su gestión comenzó con un escrache de trabajadores que le reclamaban por despidos. Como miembro de los abogados de la DAIA berajista, en Memoria Activa recuerdan que se opuso a que se levante el secreto a los espías de la SIDE (que permitió saber del pago a Carlos Telleldín) y apoyó a los ex fiscales Mullen y Barbaccia. Ahora tendrá a su cargo el impulso del PEN en la investigación por el atentado.