Boca era más que River en la previa. Boca fue más que River antes del primer gol y fue mucho más en el período final, antes del segundo gol. Antes. Siempre antes. Y eso no sirve para nada cuando lo que está en juego es una copa y cuando la chapa termina indicando que el resultado final es 2 a 0. Lo ganó River y lo ganó bien, golpeó en los momentos justos, cometió menos errores, supo aguantar con el gran despliegue de todos y con una figura monumental, la del arquero Franco Armani. De todas las compras de River en los últimos tiempos, la de Armani fue la que le dio mejores resultados. El arquero, que no se vio afectado por la derrota en la Copa Libertadores por la que River pagó un altísimo precio en la Superliga, sostuvo la victoria con tres atajadas fenomenales y muy buena noción de tiempo y distancia para salir a cortar cuando fue necesario. Completito el hombre.
En el podio de River también hay que ubicar a Pity Martínez, que no tuvo brillo en continuado, pero que resultó decisivo con cinco o seis intervenciones. Pateó muy bien el penal, engañando a Rossi, metió el pase de gol en el segundo en una contra mortífera en la que vale detenerse. Cuando Boca se arrimaba cada vez más e ilusionaba a los suyos con el empate, cometió varias equivocaciones en la misma jugada. Pateó mal un corner, no supo cortar con una falta táctica en la mitad de la cancha a Nacho Fernández y quedó expuesto después de la gambeta del habilidoso Martínez. Scocco, que había entrado un minuto antes (un cambio cantado porque Pratto no había hecho nada) alimentó el mito de que Gallardo sabe hacer los cambios. Así se terminaron eslabonando los nombres propios de River que realzan la victoria: Armani, Pity Martínez, Nacho Fernández y Gallardo, claves en una victoria que durará en el tiempo.
En lo colectivo, beneficiado por el penal en su primera llegada a fondo el equipo del Muñeco supo que había que meter mucho para quebrar a Boca, mantener el partido en la mitad de la cancha y contribuir al barullo general de su rival. Marca y marca. De hecho, Boca no creó ninguna situación de gol en todo el primer tiempo y eso también hay que anotarlo en el haber de River. Y cuando en la segunda mitad Boca levantó su rendimiento, se juntó mejor y generó algunas llegadas a fondo se chocó con Armani. Siempre habrá que volver al arquero para completar las explicaciones.