El biólogo de la UNC Lisandro Agost elaboró un ‘Informe técnico sobre la situación de la cobertura arbórea de la provincia de Córdoba’. El texto llama a la “emergencia forestal” y recuerda que Córdoba presentó una de las más altas de desmonte del mundo entre 1998 y 2002 (con pérdidas de 122.798 hectáreas); y la más alta del país, entre 2002 y 2006 (93.930 hectáreas). Esta práctica, explica, está directamente vinculada a la expansión sojera (más de cinco millones de hectáreas sembradas), entre otras producciones, que corrió la denominada “pampa gringa del sureste” hacia el centro y norte.

El sudeste provincial ya se encuentra en situación crítica por el modelo de agronegocios. Un estudio del INTA Marcos Juárez (2016) detalla que a causa del cultivo de soja con siembre directa y escasa rotación, que ocupa el 80 por ciento de la superficie sembrada en esa área, la napa freática pasó en esa zona de 10.5 metros de profundidad en la década del setenta a 1,65 en la actualidad, con las recurrentes inundaciones como saldo.

Respecto al arco norte, Agost afirma que “en ninguna otra parte de la provincia se observan pérdidas tan drásticas por el avance de las frontera agropecuaria”. Entre 2000 y 2014, se perdieron 25 mil hectáreas en el departamento Río Seco, cerca de 31 mil hectáreas en Tulumba, y 35 mil en Ischilín. Frente a este debate advierte: “El costo social, económico y ambiental de continuar con esta tendencia resulta riesgoso para el futuro de la provincia”.