En un “rinconcito” de la Plaza de Mayo, como lo definió con acierto uno de los asistentes al acto, frente a una Casa de Gobierno amurallada con rejas, vallas, veredas y calles con cercos que limitan la circulación de personas, familiares y amigos de los tripulantes del ARA San Juan realizaron un reclamo a cuatro meses de la desaparición del submarino. “Yo supongo que si Antonia, la hija menor del presidente (Mauricio Macri), se golpea, como pasa con los chicos cuando juegan, yo supongo que él se debe preocupar. ¿Cómo es que no comprende la preocupación, la tristeza, que tenemos nosotros como padres?”. Antonio Liz, padre del cabo Luis Liz, de 27 años, submarinista del San Juan, le expresó a PáginaI12 “el dolor que sentimos porque el pueblo se acuerda de nosotros, pero el gobierno no lo hace en el mismo modo”. Los familiares se agruparon en la amurallada esquina de Hipólito Yrigoyen y Balcarce, donde lograron colgar una bandera argentina que decía “sigan buscándolos”. Para atar la bandera a las rejas que rodean la Casa Rosada, tuvieron que resistir el asedio verbal de los policías de custodia: “No cuelguen nada en las vallas”, les dijeron con una insistencia propia de mejores objetivos.
Luis Tagliapietra, familiar de un tripulante y abogado querellante en la causa que tramita en el juzgado federal de Caleta Olivia, dijo que están terminando de redactar “una carta dirigida al presidente Mauricio Macri para que siga la búsqueda, pero de manera activa, porque hoy no hay ningún barco realizando esa tarea y es una vergüenza”. También le enviarán otra carta al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, para que mantenga en el área de búsqueda al buque Yantar “porque sabemos que a fin de mes lo van a retirar, mientras el gobierno argentino habla de recompensa, de contratar buques especializados para continuar la tarea, pero en los hecho concretos no hace nada”. Señaló, además, que “al barco ruso le han restringido el área de búsqueda, de manera que todo indica que no hay un propósito real de encontrar al submarino, algo que es vital para poder determinar qué fue lo que pasó”.
Sobre la nueva ronda de testigos que comenzará el lunes en el juzgado federal a cargo de Marta Yáñez, se mostró preocupado “porque la magistrada se tomó un mes de vacaciones y el subrogante no hizo absolutamente nada”. Tagliapietra sostuvo que “es necesario que la jueza adopte una gestión más activa llamando a declarar a varios marinos que tienen información sobre comunicaciones que se habrían hecho desde el submarino el 15 de noviembre a las 14.18 y que no fueron reportadas por las autoridades de la Armada”. Esas tres llamadas “serían de un barco en emergencia y no se sabe de ninguna nave en esa situación, salvo el ARA San Juan”. Otro punto es el hallazgo de una radiobaliza sin funcionar, atada a un boyarín rojo al fondo del mar dando una coordenada, dato que la Armada también ocultó”. Cuando una periodista la preguntó si algún funcionario de la Casa Rosada los vino a saludar al ver el acto, respondió: “Sólo vino la policía para decirnos que bajáramos las banderas”.
Antonio Liz es el padre del cabo Luis Liz, tripulante del ARA San Juan desaparecido hace cuatro meses. “Yo soy del Chaco, pero mi hijo nació en San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. “Lo que sentimos es tristeza porque no se sabe dónde están, aunque muchas veces pensamos que lo saben y no nos quieren decir nada”. Antonio, que lleva puesta una remera con la imagen de su hijo, habla de “la impotencia que sentimos frente a lo que nos pasa, sobre todo cuando vemos que el presidente (Mauricio Macri) ni siquiera es capaz de salir a decirnos algo a nosotros, y también al pueblo en general, a decirnos qué están haciendo, si están preocupados o no, porque parece que no les importa salir a buscar la verdad”.
Liz, que desde los 18 años vive en Buenos Aires, le reclama a Macri “que pida dinero para salir a buscar al submarino, porque se la pasan hablando de miles de millones, pero no son capaces de hacer una inversión que el pueblo no les va a reprochar, pero no, el dinero sale para otro lado, para otros intereses”. Antonio cultiva la palabra sencilla, directa, porque las palabras le salen “del corazón”. Por eso se pregunta: “¿Qué le pasa en la cabeza a Macri cuando su hija Antonia se cae, se golpea, seguro que sufre ¿no? ¿Y por qué no comprende nuestro sufrimiento como padres, como argentinos que esperamos una respuesta que no llega y que preocupa al pueblo argentino, pero no al presidente ni a los ministros”.
“Como no sabemos nada, como no nos dicen nada, nosotros pensamos cualquier locura, que ellos saben dónde están, que los ingleses los tienen prisioneros, cualquier cosa, pero es la desesperación que tenemos, es comprensible para todos creo, pero no lo es para el presidente Macri”. Las dudas se acrecientan por la falta de información, por la ausencia de un Estado que responda: “El submarino no estaba en condiciones de navegar y sin embargo lo mandaron a una misión difícil, cuando una nave de esas características tiene que estar de diez; nosotros queremos que sean castigados todos los responsables, que son los jefes que fueron los que autorizaron a salir”.
Su hijo Luis, de 27 años, había pedido no embarcarse en esta ocasión porque tenía fecha para casarse, pero le negaron el permiso. “Por eso es mentira lo que dice el ministro de Defensa (Oscar Aguad), que afirma que todos los tripulantes estaban donde querían estar, mi hijo pidió no ir a esta misión, pero lo mandaron igual, es injusto”.
Johana Oviedo es prima de Sergio Cuellar, otro de los tripulantes del submarino desaparecido. “Ya se cumplieron cuatro meses y nadie nos dice nada, los familiares queremos que nos digan la verdad de una vez por todas”. Sobre la búsqueda, la información que tienen es que “en estos momentos no hay ningún barco buscándolos porque se están reaprovisionando y lo que nosotros pedidos desde hace tiempo es que la búsqueda siga, se amplíe el área de búsqueda y sobre todo, que nos digan la verdad”.