El Ministerio de Hacienda, en manos de Nicolás Dujovne, presentó como una buena noticia el resultado del déficit fiscal primario del sector público nacional para febrero de 20.228 millones de pesos, al resultar 24,4 por ciento menor al del mismo mes del año pasado. El déficit financiero, que incluye no sólo el gasto primario del sector público sino también el pago de intereses de la deuda, alcanzó a 27.738 millones de pesos, un 7,5 por ciento inferior al de igual mes de 2017. El balance en apariencia favorable empieza a quedar bajo cuestionamiento cuando se observa la diferencia en los porcentajes de reducción entre ambos déficit: 24,4 contra 7,5. La explicación es la suba de los servicios de la deuda (intereses), cuya evolución entre uno y otro año es omitido en el comunicado oficial. El dato ocultado es que en febrero se pagaron 7510 millones de pesos de intereses, con un aumento de nada menos que el 132,5 por ciento en relación al año pasado. En 2017, los intereses representaban ya casi el 11 por ciento del déficit total del sector público. Este año, superan el 27 por ciento. Mientras Dujovne confía en que el pago de intereses “se va a estabilizar” en el nivel del año pasado, los resultados muestran otra cosa. Incluso el FMI proyectó, en un estudio reciente, que el pago de intereses seguirá teniendo un peso creciente en el déficit total. 

La cartera de Hacienda explicó la caída en el déficit fiscal primario por el aumento en los ingresos tributarios con respecto al año pasado, destacando “el desempeño de los impuestos relacionados con la actividad económica, como el IVA (aumento interanual del 46,3 por ciento), y Créditos y débitos bancarios (44,3)”. Por el lado del gasto, el informe oficial subrayó “la caída en subsidios económicos (31,2 por ciento), gastos de capital (15,0) y en las transferencias corrientes a las provincias (4,5 por ciento). Los gastos primarios totales de febrero sumaron 193.194 millones de pesos, con un aumento del 18,4 por ciento respecto del año anterior. Es decir, ocho puntos menos que el aumento en los ingresos, lo cual explica la caída en el déficit primario. 

Dujovne enfatizó, durante su participación en un evento organizado por la revista británica The Economist, que está “confiado en poder sobrecumplir la meta fiscal” para el año en curso, fijada por presupuesto en 3,2 puntos porcentuales del PBI. “Toda la baja que logremos en el déficit primario este año será una baja del déficit financiero, porque la cuenta de intereses no va a aumentar respecto del año previo”. Por ahora, esa previsión está lejos de cumplirse, ya que la cuenta de intereses viene creciendo y a un ritmo superior al 100 por ciento. El aumento persistente de la deuda, que el propio Dujovne reconoció en declaraciones anteriores que seguirá probablemente hasta 2020, hace inevitable que la cuenta de intereses siga creciendo. Por otra parte, la política de financiamiento del Estado está reorientándose buscando que las Letes (letras del Tesoro, emitidas por el Ministerio de Finanzas) vayan sustituyendo, paulatinamente, a las Lebac (letras del Banco Central, emitidas por este último). Eso se reflejará en una mayor carga de intereses en el déficit del sector público nacional, ya que el pago de los mismos por la autoridad monetaria no forma parte del déficit fiscal. 

El secretario de Hacienda, Rodrigo Pena (número dos de Dujovne), se sumó en la última semana al optimismo de su jefe, pero con números en la mano. En una entrevista del diario La Nación, señaló que el déficit financiero en 2017 fue de 629 mil millones de pesos, que equivale al 6,1 por ciento de un PBI estimado en 10,28 billones de pesos. En 2018 será ligeramente superior al 5 por ciento, y en 2019 al 4, y así lo iremos bajando de a un punto por año”. Este sería el resultado de reducir el déficit primario año a año, mientras que el pago de intereses se mantendría en torno a los dos puntos del PBI. Un estudio del FMI, mencionado por el diario El Cronista del miércoles 7, refleja una proyección mucho menos optimista, estimando una estabilización del déficit financiero entre 2019 y 2022 en torno al 5 por ciento del PBI. Contra el optimismo de Dujovne, el FMI calcula que los intereses representarán poco más de dos puntos del PBI este año y superarán largamente los 3 puntos para 2022.