Otro caso de nepotismo dentro del Estado da cuenta de que el rimbombante anuncio del presidente Mauricio Macri para prohibir la asignación de cargos públicos a familiares fue más marketing PRO que otra cosa. A menos de dos meses de la firma del decreto 93/2018, Pablo Quirno junior, hijo del homónimo jefe de Gabinete del ministerio de Finanzas que encabeza el cuestionado Luis Caputo, no sólo no se fue de la función pública sino que además ahora fue ascendido por Macri al rango de “embajador extraordinario y plenipotenciario”. El joven Quirno promete una carrera política veloz. Con apenas 26 años ya ocupará un alto cargo en la Cancillería.
Pese a toda la pompa con la que se lo presentó en enero pasado como forma de escaparle al escándalo que generó el affaire del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, con su empleada doméstica a quien le había conseguido un conchabo en la intervención del SOMU, el decreto anti-nepotismo finalmente tuvo un efecto muy acotado dado que se resolvió que sólo afectara a familiares directos de ministros. En definitiva, dejaron su cargo apenas 12 funcionarios, entre ellos las dos hermanas de Triaca, pero quedaron muchos otros en sus puestos.
Uno de ellos fue el hijo del jefe de asesores de Caputo, quien fue designado el martes pasado en el cargo de “Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”. Su ascenso fue firmado por el canciller Jorge Faurie y el presidente Macri, quien apenas unas semanas atrás afirmaba que “ningún ministro puede tener familiares en el Gobierno” y ponderaba su búsqueda de “un país más transparente”.
Un informe de Directorio Legislativo advirtió en el momento de publicación del decreto que “a pesar de parecer tener intenciones de combatir el nepotismo y fortalecer el sistema de regulación de contrataciones públicas en el sector público nacional, el decreto sigue siendo limitado en sus alcances y en sus disposiciones”. El documento de enero señalaba, sobre todo, que la ley no abarca a toda la planta política (secretarios, subsecretarios y directores de la administración central), sino sólo a los ministros.
Para muestra, el caso Quirno Junior. El joven ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto hace un año y medio, pudo seguir en esa cartera e incluso ser promovido. Allí tenía el cargo de Jefe de Gabinete de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales y, según denunció en octubre del año pasado el portal El país Digital, su recibo de sueldo rondaba entonces los 300 mil pesos. Previamente había pasado dos años en el cargo de Asesor en Inversión Extranjera para la Presidencia de la Nación. También pasó por bancos como el City y Banco Galicia.
El caso viene a sumarle un nuevo escándalo al ministro Caputo, desde hace tiempo en el ojo de la tormenta por sus vinculaciones con firmas offshore. El fin de semana pasado se conocieron documentos de la bolsa de valores de Estados Unidos (SEC) que confirmaron que el ministro de Finanzas manejaba la offshore Noctua, de la que fue su dueño y accionista “indirecto” hasta días antes de asumir en la función pública. Antes de conocerse estos documentos de la SEC, Caputo había negado esta propiedad y dijo que sólo había trabajado en la firma como asesor, por lo que no correspondía que la colocara en la declaración jurada de bienes que presentó en la Oficina Anticorrupción. Pese la evidente falsedad, el Gobierno mantiene una cerrada defensa del ministro. Incluso, delineando una particular teoría, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sostuvo el miércoles en su presentación ante la Cámara de Diputados que tener firmas offshore –algo repetido entre los hombres del macrismo– “no es corrupción”.