El quiebre diplomático por el envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal por el que Gran Bretaña acusó a Rusia como responsable del intento de homicidio, sigue creciendo entre ambos países. Desde el Kremlin consideraron “imperdonable” señalar al presidente Vladimir Putin como responsable del envenenamiento en Inglaterra, como hizo el ministro de Relaciones Exteriores británico Boris Johnson.
"Cualquier mención o referencia a nuestro presidente no es nada más que escandalosa e imperdonable en términos de etiqueta diplomática", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por las agencias de prensa rusas.
El miércoles, la primera ministra Theresa May ordenó la expulsión de 23 diplomáticos rusos, a quienes les dio una semana para abandonar el país, y dejó sin efecto todos los contactos bilaterales. También, suspendió la visita del ministro de Exteriores ruso. Según la mandataria, el envenenamiento de Skripal se habría ejecutado utilizando "un agente neurotóxico de uso militar del tipo producido en Rusia", por eso le había dado 36 horas al gobierno ruso para que puntualizara cómo había llegado ese veneno a Gran Bretaña.
Desde Francia, Alemania y Estados Unidos sumaron su apoyo a Inglaterra con un documento conjunto en el que sostienen que no hay “una explicación alternativa posible” a que Rusia sea responsable por el incidente. "Pensamos que es sumamente probable que se trate de su decisión de ordenar el uso de un agente neurotóxico en las calles del Reino Unido, en las calles de Europa, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial", había asegurado el ministro de exterior británico.