El Instituto Nacional de la Música sigue dando batalla. Esta vez, tras varias que se han dado desde que comenzó a mover en 2014, el hecho puntual radicó en la presentación formal del quinto Manual de Formación, cuya temática es La voz cantada. “Este Manual está dedicado a todos nuestros maestros de canto, y también a todos los cantantes que fueron nuestros maestros sin saberlo. Aquellos a los que nosotros empezamos imitando, hasta que pudimos encontrar nuestra propia expresión”, introdujo la cantante Neli Saporiti, en la apertura de un accidentado pero no por ello menos rico acto de presentación que tuvo lugar en el auditorio Borges de la Biblioteca Nacional. Lo de accidentado dicho en grado leve, claro, porque radicó en ciertas dificultades en el tándem imagen-sonido que impidió ver un compacto inicial sobre tales grandes cantantes. “Ya que no podemos verlo, elijan ustedes”, pidió Saporiti, y los nombres coincidieron bastante con los del video inconcluso: Mercedes Sosa primera, y después las y los demás: Aretha Franklin, Pavarotti, Joni Mitchell, Goyeneche, Gardel, y una larga lista que proviene del sentir popular.
La idea fuerza de este nuevo Manual del INAMU, en tanto, es la de llevar certezas sobre el arte de cantar, allí donde aparecen mitos e incertidumbres. Para ello, el sesudo trabajo se nutre de sugerencias, testimonios y explicaciones no solo vinculadas a profesionales como el doctor Ricardo Serrano o la fonoaudióloga Fabiana Wilder, sino también a cantores y cantoras como Dolores Solá, Adriana Mastrángelo, Elena Roger, Mora Martínez, Bruno Arias y Guillermo Fernández, entre otros. “Cuando yo tenía 12 o 13 años conocí a Edmundo Rivero, y él me recomendó que vaya a ver al doctor León Elkin, que era un gran otorrinolaringólogo que había atendido a grandes cantores. Y bueno, el revisó mis cuerdas durante un tiempo, y después el mismo Rivero me recomendó a Ricardo Catena, uno de los grandes barítonos del mundo. Luego, en Estados Unidos, hice un curso con un gran maestro, Seth Riggs (adiestrador de Michael Jackson) que adaptaba el canto lírico a los cantantes populares y, como no le podía pagar, me dio clases durante un año, y durante los dos años posteriores, yo les daba clases a sus principiantes. Lo que quiero decir con esto es que lo tres me hablaron de lo más importante en la formación: encontrar la propia voz”, dijo Fernández, uno de los partícipes del libro, y del acto de presentación en la Biblioteca.
También se apersonaron allí Diego Boris (presidente del INAMU), encargado de abrir formalmente el acto; la impresionante mezzosoprano uruguaya Adriana Mastrángelo; Bruno Arias; Loli Alvarez; Celsa Mel Gowland y el mencionado médico, docente y otorrinolaringólogo Ricardo Serrano, que le cuida la voz a Abel Pintos, entre otros. El profesional dio una breve conferencia sobre las diferencias que existen entre la voz normal y patológica, power point mediante. “Con Katie Viqueira hicimos una experiencia con chicos que se presentaron al casting de Despertar en primavera... y la cuestión fue estudiar qué hacen los profesionales con su voz. Para eso encuestamos a 26 postulantes a la comedia musical, comparamos sus respuestas con la de otros profesionales de la voz, y las respuestas fueron dispares: la mayoría conocía sobre los problemas de la voz, algunos dijeron que antes de la función necesitaban pegarle tres pitadas a un cigarrillo, otros que elongaban y que, en medio de la adrenalina del show, se tomaban unos tragos”, contó Serrano, que también dio una cátedra gráfica sobre las cuerdas vocales y le hizo una fibrolaringoscopia ¡en vivo! a Mel Gowland. Acto seguido, y para distender ante semejantes imágenes, la cantante lírica Mastrángelo, cantó formidablemente y explicó las coordinadas básicas del método Alexander, mientras Bruno Arias cantó una oda a la mujer compuesta por Wilson Saliwonczyk: “Las invencibles polleras”.