Desde San Luis
“Hay 2019”. La consigna esperanzadora ideada por el gobernador Alberto Rodríguez Saá estaba por donde se mirara en el complejo La Pedrera, en San Luis, donde se realizó ayer el Encuentro de la Militancia Nacional, que se planteó como fundacional para la unidad opositora aunque en verdad fue segundo por el estilo, luego de aquel del mes pasado en la UMET. Aquí vinieron algunos participantes más mientras que otros que estuvieron en aquella ocasión prefirieron quedarse en sus casas, lo que terminó pintando al evento de una mayor tonalidad kirchnerista. Con todo, los organizadores se mostraron satisfechos. Rodríguez Saá resumió la idea de la convocatoria –que ya fijó un nuevo encuentro para el mes que viene en Avellaneda o Escobar– con la propuesta de “un frente patriótico en el que estemos todos los opositores a este régimen neoliberal”. Una novedad fue la aparición de Hugo Moyano, quien eligió la sinceridad en la ronda de mensajes de apertura. “Nos tenemos que olvidar de las cosas que pasaron. Tenemos que hacer un esfuerzo para unirnos”, planteó el camionero, en referencia a sus viejas diferencias con el kirchnerismo.
El Arena es un estadio cerrado donde habitualmente se hacen peleas de box. En el lugar imaginario del ring se colocaron sillas en círculo donde se sentaron los oradores del acto de apertura, con los militantes venidos desde distintas partes del país copando las tribunas. Rodríguez Saá se hizo cargo de la bienvenida. “Primero nos dividieron. De alguna manera entramos en ese juego”, planteó a propósito de lo que le había sucedido al peronismo. Por eso agregó que no era el momento de hablar de candidaturas “y de cosas que nos dividen”.
Rodríguez Saá y el intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, trabajaron juntos para organizar el encuentro. Hasta la semana pasada se daba como segura la participación de los gobernadores de Formosa, Gildo Insfrán, y de San Juan, Sergio Uñac. Entonces el diablo metió la cola. El presidente Mauricio Macri visitó por primera vez a Insfrán el miércoles y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, anunció obras en San Juan con Uñac el jueves. Resultado: ninguno de los dos estuvo, aunque enviaron a sus representantes.
“Estamos cansados de los cobardes, de los que se dejan extorsionar. ¿Hasta cuándo se van a dejar apretar?”, bramó Capitanich en su discurso, sin especificar destinatario. Igual, se mostró amplio y planteó la necesidad de una “unidad en la diversidad” de la oposición. “No queremos excluir a nadie”, dijo, y citó al Martín Fierro a propósito de que “hasta el pelo más delgado hace sombra en el suelo”. El jefe del bloque de diputados del FpV-PJ, Agustín Rossi, fue otro de discurso enfático. No por nada los tres –Rodríguez Saá, Capitanich y Rossi– son quienes aparecen más dispuestos a una candidatura nacional. “Debemos crear una alternativa que represente el 65 por ciento que rechaza este modelo. Pero la unidad no es cualquier cosa. Tiene que ser para defender los derechos de los más humildes”, aclaró. Dijo que el peronismo no era “una marca” y que tenía una historia de la que sentirse orgulloso y que concluyó en Cristina Kirchner “que ha sido atacada y vilipendiada por esta derecha”, lo que levantó a buena parte de las tribunas.
Del encuentro participaron varios dirigentes kirchneristas como los camporistas Andrés Larroque y Anabel Fernández Sagasti, los representantes de Nuevo Encuentro Martín Sabbatella, Gabriela Cerruti y Adrián Grana y el ex ministro Axel Kicillof. Los legisladores fueron más de 20, entre ellos, Daniel Filmus y Cristina Alvarez Rodríguez, quienes habían estado entre los organizadores de la UMET. También hubo del Parlasur como Jorge Taiana, Eduardo Valdés y Oscar Laborde. Viajó una delegación de intendentes bonaerenses encabezados por Gustavo Menéndez y Fernando Gray, presidente y vice del PJ provincial.
De la mano de Gabriel Mariotto –que también estuvo en la logística del encuentro– llegaron Amado Boudou y militantes de Miles portando la foto del detenido Luis D’Elía. Otro que reapareció fue Aníbal Fernández, ahora crítico de Cristina Kirchner y de La Cámpora, aunque aquí sólo habló contra “la derecha corrupta”.
En cambio, luego de que trascendiera un encuentro reservado entre Sergio Massa y Florencio Randazzo, quienes habían actuado como sus delegados en el encuentro del mes pasado –Felipe Solá, Daniel Arroyo, Alberto Fernández y Chino Navarro– pegaron el faltazo debido al tenor kirchnerista que tomó la convocatoria en la última semana. Pino Solanas tampoco viajó, pero hubo un grupo de Proyecto Sur encabezado por Mario Cafiero.
Hugo Yasky y Hugo Moyano hicieron flamear la bandera de los derechos de los trabajadores. “La esencia del peronismo es su corazón social, eso es lo que quieren exterminar”, sostuvo el secretario de la CTA de los Trabajadores. “El ser peronista no es tener el retrato más grande de Perón, es defender los derechos de los trabajadores”, sostuvo Moyano, que dijo que estaba nervioso al arrancar. Dijo que, si bien había gremios que habían acordado la paritaria de este año con el Gobierno, en Camioneros no lo habían hecho porque nunca firmaría nada contra los trabajadores. Que incluso el Gobierno lo podía meter preso o hasta “matar en la cárcel” que no lo conseguirían.
El cierre de la apertura –en verdad, el núcleo de la convocatoria que luego siguió con el debate en comisiones– quedó para el presidente del PJ, José Luis Gioja, que habló del armado de un frente amplio.
“Las puertas están abiertas de par en par. El límite es Macri y sus acólitos”, lanzó. El final, se caía de maduro, tenía que ser con la marcha peronista cantada a viva voz, incluyendo la estrofa “nueva”, esa que recuerda a Néstor y Cristina, que no cantaron todos pero sí la mayoría.