“Los tiempos de ellos son eternos, el mío es limitado”, dijo Mirta Baravalle, el jueves durante la ronda alrededor de la Pirámide de Mayo. Esta mujer de 93 años hizo una investigación propia, le transfirió el resultado al Poder Judicial pero hace años que no hay avances en la búsqueda de la verdad de su nieto desaparecido. Mientras caminaba despacio con sus compañeras de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Baravalle –una de sus máxima referentes y a la vez una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo– anunció que hace años sospecha quién es y dónde podría estar su nieto apropiado por los genocidas, y exigió a la justicia que termine con las dilaciones y tome las medidas de prueba que pide. “Desde el primer día comencé su búsqueda, mis pasos me guiaban a que el niño que yo seguía podía ser el hijo de Ana, pero las dificultades de aquellos años fueron terribles y no había posibilidades de poder recuperarlo sin análisis”, relató.
“Pedimos que se haga un ADN a un joven identificado para terminar con una duda de mas de 35 años de Mirta, entre otras medidas, pero en el juzgado primero quieren tomar otras pruebas que llevan mucho tiempo. El joven tuvo un trámite de adopción donde participó el juez Gustavo Mitchell, el mismo que participó en la apropiación de Simón Riquelo dándolo en ‘adopción’ a los policías apropiadores, al que denunciamos por esto junto a Chicha Mariani, Clara Petracos y Mirta cuando estuvo a punto de juzgar en la causa de plan sistemático de robo de bebes” dijo a PáginaI12 Victoria Moyano Artigas, integrante del equipo jurídico del Ceprodh que patrocina a Baravalle en la causa.
Durante tres décadas encaró una investigación personal, acompañada sólo por su círculo íntimo, y desde hace algunos años tiene la firme sospecha de saber quién y dónde podría estar actualmente el hijo de Ana María Baravalle y Julio César Galizzi, quien tras el secuestro de sus padres, aún desaparecidos, nació en cautiverio y fue apropiado por la maquinaria represiva. Este jueves en la plaza, Baravalle estuvo acompañada por Moyano Artigas, nieta recuperada en los años 80 por Abuelas y una de sus personas más cercanas a ella, en los afectos y en la militancia. El expediente ingresó en 2011 al juzgado federal de San Martín, donde se investiga la megacausa Campo de Mayo. A partir del impulso de sobrevivientes y organismos de derechos humanos, otras investigaciones prosperaron, no así la de ella, pese a las pruebas aportadas y las reiteradas exigencias a que jueces y fiscales. Desde los primeros años del secuestro de sus seres queridos y la búsqueda de su nieto combinó la lucha en las calles con una investigación independiente y en la actualidad tiene muy firmes sospechas de quién puede ser su nieto varón y dónde puede estar viviendo.