Desde San Luis
Seguramente en el encuentro del peronismo realizado en Villa Mercedes, que ayer cerró con la lectura de las conclusiones, podrían haber participado algunos dirigentes más, especialmente gobernadores, pero los organizadores lo evaluaron como un buen primer paso que esperan fortalecer el mes próximo cuando se vuelvan a reunir en Escobar. El intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, trabajó en la organización junto al gobernador Alberto Rodríguez Saá y se quejó en su discurso de los “cobardes” que se dejaban extorsionar. No obstante, en diálogo con PáginaI12, subraya que la intención no es hostigar a nadie y que el objetivo de la construcción política en esta etapa es conseguir “unidad en la diversidad”.
–A este encuentro habían invitado a varios gobernadores. ¿A ellos se refería cuando reclamó que dejaran de ser cobardes?
–Es importante marcar que muchos gobernadores mandaron su representación. Algunos tienen una agenda de gobierno que no les permitió venir y otros tenían compromiso contraídos con anterioridad. Pero, insisto, es importante que los que se habían comprometido enviaron un representante: La Rioja, Formosa, San Juan, La Pampa.
–Justo en los últimos días, Macri y Frigerio visitaron Formosa y San Juan. ¿Hay una presión directa del gobierno nacional a los gobernadores peronistas?
–Está bien, pero nosotros tenemos que entender que puede haber dirigentes que tienen una agenda propia de construcción, con un manejo de tiempos diferente. Nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo. El concepto tiene que ser “unidad en la diversidad”. El segundo concepto es que cada uno tiene que interpretar el pasado de la manera que considere necesario, pero no tiene que dividir el presente ni el futuro porque de lo contrario no podemos poner fin a la hegemonía macrista. Con hegemonía me refiero tanto a lo discursivo como la capacidad operacional en lo político. En tercer lugar, es imprescindible entender a quiénes representamos. Unidad en la diversidad significa representar la unidad y equidad de género –desde la diversidad sexual hasta una identidad plurinlingüe, plurirreligiosa y multicultural–, desde las pymes como fuente de generación de empleo hasta la industria nacional, la apertura al mercado internacional pero defendiendo los intereses de la patria y la soberanía, defendiendo los intereses del pueblo trabajador. Tenemos que ser capaces de interpretar cabalmente los intereses de a quiénes queremos representar y eso es lo que nos tiene que unir.
–Daría la sensación de que hay dirigentes dentro del peronismo que miden en cada encuentro si es muy kirchnerista o menos kirchnerista para ver si participan o no.
–Cuando a Néstor Kirchner le preguntaron si era kirchnerista respondió que tratarlo de kirchnerista era bajarle el precio. A Cristina Kirchner le preguntaron si era kirchnerista y ella dijo que era peronista. La etapa de Néstor y Cristina significó un nuevo liderazgo en el campo nacional y democrático. Si uno tiene que hacer una interpretación correcta de la historia entendiendo que es la política del pasado y la política es la historia del presente deberíamos colegir que lo que se denomina kirchnerismo es una nueva síntesis del proceso político que emerge en Argentina desde 1946. Tuvo distintas fases, la última entre 2002 y 2015.
–¿Entiende que el kirchnerismo es la actualidad del peronismo?
–La actualidad del peronismo es la construcción de una síntesis que como toda síntesis tiene que superar las anteriores. Cada tiempo político expresa una identidad colectiva. El peronismo fue la identidad del movimiento obrero organizado en la reivindicación de los derechos laborales. La etapa de Néstor y Cristina fue la interpretación de los derechos sociales, de excluidos y trabajadores. Hoy la identidad colectiva es distinta. Para la nueva identidad requiere entender esto de unidad en la diversidad. Es el tema central.
–Daría la sensación que ideológicamente no habría problemas con el kirchnerismo dentro del peronismo, el problema es con algunos de dirigentes en particular con quienes no quieren mostrarse.
–Pero esa concepción individualista de la política es excluyente de la base de construcción de poder. La frase debería ser: “no importa de dónde vengan, lo importante es a dónde vamos”. La política se rige por los principios de contradicción, coherencia y convicción. Si no tenés convicción no podés tener coherencia, si no tenés coherencia te podés contradecir. Nosotros tenemos que identificar la matriz de pensamiento que nos defina ideológicamente y que doctrinariamente identifique nuestra nueva síntesis colectiva.
–¿Cree que los gobernadores necesitan más tiempo para sumarse a este armado?
–Sí, necesitan eso, pero además no son excluyentes del proceso de construcción. Hay gobernadores con más liderazgo y otros con menos. Hay algunos que expresan generacionalmente una opción hacia adelante y hay otros que no lo expresan. Hay gobernadores con un territorio cuyo representación electoral es ínfima y eso también es necesario interpretarlo. En este encuentro de militancia hemos observado representación territorial y política de distintos partidos que forman parte de esta heterogeneidad. De nuevo, se trata de interpretar una identidad colectiva y de expresar una nueva síntesis. Primero hay que identificar cuáles son los actores, y estamos en esta primera fase. Después llegarán los acuerdos programáticos que la darán sustancia al proceso. Y luego llegará la elección de un método para definir quién pueda liderar esta etapa. Cuando en 2002 y 2003 el pueblo argentino ingresó en una crisis muy profunda, el pueblo argentino eligió el liderazgo de Néstor Kirchner. y él no defraudó las expectativas. Interpretar correctamente la identidad colectiva de un pueblo significa la capacidad de construir un poder político que exprese la nueva síntesis.
–En principio queda claro que la identidad de esta construcción política es muy opositora al Gobierno, incluso reforzada con la participación de Hugo Moyano, el sindicalista que hoy incluso parece alejarse la conducción de la CGT.
–Sí, pero más allá de eso, si queremos unir a todos lo que no podemos hacer es hostigar ni agredir a nadie. Hay que tener capacidad para generar las condiciones de consenso. Eso no significa que no digamos lo que tenemos que decir. Las diferencias fueron marcadas en este proceso de dos años. Por ejemplo, no coincidimos con el voto al arreglo con los fondos buitres. Se pulverizó una estrategia argentina soberana en el proceso de reestructuración de deuda. Los que en algún momento decidieron ayudar al Gobierno en aras de la gobernabilidad finalmente hipotecaron el futuro de los argentinos. ¿Qué es lo que podemos hacer? Convencerlos de que estaban equivocados e interpretar correctamente el fenómeno hacia adelante, pero ya el tiempo pasó. La única manera de gobernar es generando mayorías populares y eso se logra desde una heterogeneidad.
–¿Qué rol debería jugar Cristina Kirchner en este proceso de unidad?
–Ella juega el rol que más le convenga al movimiento. Me ha expresado que no tiene voluntad personal de competir en el 2019 pero alienta la unidad. Me transmitió que el modelo que pusimos en práctica en Chaco en el 2007, que unió de izquierda a derecha, claramente es lo necesario hacer ahora, lograr el más amplio consenso. Ese es el pensamiento de Cristina.
–Esta semana declaró que imaginaba ser el mejor presidente que había tenido el país. ¿Está pensando en una candidatura nacional para el año que viene?
–Lo que dije es que si uno toma la decisión de ser es porque tiene la voluntad, y no solamente de ser sino de ser un muy buen presidente. Sino la verdad es que mejor no ser. Tengo la voluntad de ayudar a la construcción. Apresurar la definición de candidaturas es absolutamente contraproducente en esta etapa. El tiempo dirá si uno puede colaborar y desde qué lugar. Me siento bien en el lugar donde pueda colaborar. Tengo una responsabilidad desde el punto de vista institucional de la que me ocupo todos los días y la voy a seguir ocupando de aquí a la eternidad.