“No somos ni dialoguistas ni tendemos puentes. Somos oposición al Gobierno y levantamos las banderas de Néstor y Cristina”, exclamó el vicepresidente del Partido Justicialista bonaerense Fernando Gray, disipando las dudas que habían surgido cuando tomó las riendas del partido junto al intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. El día, que empezó gris y con algunas lluvias en Hurlingham, terminó siendo peronista porque el justicialismo cumplió con sus acuerdos y se convirtió en un día soleado y caluroso. El congreso ordinario al que asistieron más de los dos tercios de sus integrantes avanzó ayer hacia un proceso de amplia unidad con la modificación de su estatuto. Ahora los afiliados al partido que hayan participado de las elecciones legislativas en otros frentes no serán expulsados como rezaba el texto anterior, y el PJ se transformó en el primer partido político argentino que exige la paridad de género en su texto organizacional. El hit del verano se escuchó más veces que la marcha peronista.
“Venimos a hacer un mea culpa de nuestras equivocaciones y errores”, arrancó el matancero Fernando Espinoza apenas fue ungido presidente del Congreso, la otra pata del acuerdo con el que el peronismo bonaerense que retiró su lista para la presidencia comenzó a desandar el camino de la unidad. Como secretario general quedó el intendente de Tigre, Julio Zamora, y como vice primera, Marisa Fassi. El Congreso comenzó a sesionar cerca de la una del mediodía, luego de que se llamara a los congresales a las nueve y a las once. La demora estaba concentrada en la sede de la municipalidad, donde los intendentes negociaban la distribución de los 300 cargos del partido intentando hacerlo de manera ordenada. En su discurso Espinoza hacía referencia a las decisiones que tomaron todos los actores del peronismo que los llevó a perder a presidencia y la gobernación bonaerense a manos de la derecha que se estrenó como partido. El diputado de Unidad Ciudadana apeló a sus recuerdos como iniciado militante peronista en su distrito al recordar que “Perón y Evita nos dirían ‘unidad, unidad, unidad’, con todos adentro y ninguno afuera”. También exigió “terminar con la persecución del Partido Judicial. Porque no nos van a callar a ningún dirigente y a ningún militante”. Nombró a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, entre otros dirigentes, como una de las más perjudicadas por el llamado Lawfare, el acoso judicial digitado por la derecha para arrinconar a los políticos a los que llaman despectivamente populistas como el candidato a presidente de Brasil con mayor aceptación en las encuestas, Lula da Silva, y el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
En los alrededores del Club Social Tesei donde se agolparon los 755 congresales que participaron reinaba la calma. Algunos seguidores de Menéndez y de algún que otro espacio político peronista no pudieron evitar poner el sello de los bombos, las banderas y los cantitos, pero siempre dentro de una normalidad extraña para un congreso justicialista en territorio bonaerense. El tinglado del club y su capacidad de potenciar el calor sumado al calor humano puso a unos cuantos al borde de la descamisación, aunque todos los congresales mantuvieron su cuerpo enfundado a pesar de la humedad propia de cada uno. El calor fue soportado por todos: Hugo, Pablo y Facundo Moyano aguantaron sentados mientras transcurría el congreso, con la cabeza puesta en la construcción de una oposición al neoliberalismo al igual que el histórico dirigente peronista Lorenzo Pepe. El ex gobernador y figurita del massismo, Felipe Solá, aportó su presencia y compromiso con el nuevo camino de unidad plasmado en su candidatura como primer candidato a congresal nacional. Al igual que todos los intendentes que se comprometieron en trabajar la idea de un espacio común para aumentar la posibilidad de derrotar a la derecha partidaria en las urnas en el 2019.
Mientras se hacía conocer por lo bajo la lista distribuida equilibradamente entre los distintos sectores internos, el intendente local, Juan Zabaleta, fue el primero en hablar como anfitrión del Congreso. En los alrededores de club se podían ver los carteles firmados por Zabaleta en los que decía: “Bienvenidos, compañeros”. “Hay que seguir avanzando con el pueblo argentino. Somos el partido del voto femenino y la ley de cupo. Queremos que este partido sea el articulador de todo el arco opositor. Como decía Néstor: ‘Unidad en la diversidad’”, desatando los aplausos para el ex presidente santacruceño. El dirigente local apuntó contra el macrismo al explicar: “¿porqué somos opositores? Porque cuando llega el día veinte los argentinos no tienen plata para llegar a fin de mes, porque a los jubilados les quitaron el poder adquisitivo y nos quitan derechos adquiridos”, y confrontó en parte con el encuentro de peronistas que se realizó en San Luis. “Terminemos con esta idea de que la unidad es una foto de viaje de egresados y vamos por la verdadera unidad”, aseguró bajándole el precio al encuentro en territorio puntano.
El peronismo bonaerense comenzó a ponerse a tono para el desafío de ganar en las urnas y dejar al macrismo como un recuerdo amargo. El camino es largo y la búsqueda de la unidad a nivel nacional tiene el mismo recorrido y seguramente las mismas piedras, solo hay que pisar con firmeza y lastimarnos a la par”, explicaba con una metáfora un dirigente entusiasmado con el puntapié inicial del peronismo bonaerense.
Como no podía ser de otra manera, el cierre entonaron la marcha peronista. Sin embargo, hubo un agregado particular. Al igual que en las canchas y los recitales los peronistas entonaron el hit del verano dedicado al presidente Macri.