En un momento de profundo conflicto educativo, de ataque a la educación pública por parte del Gobierno, de paupérrimas negociaciones paritarias con los docentes y de degradación de un proyecto pedagógico emancipatorio a nivel nacional, un acontecimiento teatral pondrá en primer plano la lucha de un maestro eterno: Carlos Fuentealba. Será hoy a las 14 en el teatro Timbre 4, en el marco del ciclo Teatros de Mi País, que surgió con la meta de traer a Buenos Aires los mejores espectáculos de las provincias. Allí, el dramaturgo neuquino Alejandro Finzi, reconocido mundialmente por su obra dramática profunda, hará una lectura de su pieza Fuentealba: clase abierta, en homenaje al educador asesinado en 2007.
Finzi -también docente universitario, además de dramaturgo- no conoció a Fuentealba, pero su asesinato por la espalda a quemarropa por un policía de la provincia del Neuquén durante una protesta lo marcó profundamente. Tanto, que en 2015 escribió esta obra en su honor. "Fuentealba tiene una enorme presencia en el espacio educativo patagónico, vayas donde vayas está presente en todos nosotros. Su muerte no lo convierte en héroe porque ya lo era, con su tiza, con su labor de abrir cabeza, de llevar ideas. El suyo era el más noble de los oficios, lo más grande que hay para un país. Por eso truncar su proyecto de esa manera, con esa violencia, es algo que nos deja sin palabras", dice a Página/12 el dramaturgo, que reconoce la resonancia que una obra así puede tener en el momento actual, en el que "sigue pasando lo mismo, año tras año".
En la pieza -que está en cartel en sur del país a cargo de una compañía independiente de Junín de los Andes, ciudad natal de Fuentealba- el autor imagina al maestro y dirigente sindical en una clase con sus alumnos, que en el pacto teatral serían los espectadores, mientras dialoga con una bandurria, una emblemática ave patagónica. "No es un unipersonal porque él está ahí con ese bicho que modifica su estar", dice el autor, dueño, como se puede ver, de una poética muy particular, muy propia y de gran carácter. "La clase que da el maestro es de física: explica la diferencia entre la luz y la oscuridad. "Una metáfora del país", asegura Finzi, para quien el asesinato del dirigente "dañó a todo un cuerpo social que busca la luz".
“Yo ya soy grande y he visto mucho. Pero cada día estoy más convencido de algo, y es de que el arte en general y el teatro en particular tiene un lugar y una tarea concreta frente a todas las aberraciones colectivas que ocurren, como este hecho puntual”, dice el autor, que ya leyó personalmente la obra en un congreso que organizó el año pasado la Universidad de Buenos Aires, donde surgió justamente la idea de la presentación que se va a llevar a cabo hoy.