A cuatro años del linchamiento de David Moreira en barrio Azcuénaga, tras el robo de una cartera, la causa se encamina hacia el juicio oral y público: Fiscalía y querella presentaron acusación para sentar en el banquillo a tres imputados. La disputa, en la etapa previa, será por una diferencia de interpretación sobre las responsabilidades, ya que cada parte tuvo su visión sobre el mismo hecho: mientras que el fiscal Florentino Malaponte sindicó a los imputados por el delito de homicidio en riña, y pidió pena de seis años; el abogado querellante Norberto Olivares apuntó a que se los condene por homicidio agravado por alevosía y ensañamiento, a la pena de prisión perpetua. Es que si bien las partes tuvieron acercamientos para intentar coincidir en una figura penal, no se pusieron de acuerdo. Ahora se espera la audiencia preliminar para que un juez analice el caso y las pruebas existentes. Los tres acusados están en libertad y el último de ellos fue imputado en mayo pasado. Fuertes testimonios, 13 llamadas al 911, un video del momento de la paliza, capturas de pantallas y perfiles de Facebook son algunos de los elementos de prueba contra los acusados.

El brutal crimen de David, que tenía 18 años cuando fue atacado por un grupo de vecinos, la tarde del 22 de marzo de 2014, fue un punto de inflexión, y generó que se hablara de la mal llamada justicia por mano propia. Aquella tarde, David e Isaías D. ‑que fue condenado por robo‑ participaron de un hecho de robo en el que Moreira quedó atrapado por una horda de vecinos que lo pateó en todo el cuerpo; pero sobre todo, en la cabeza. La cuadra de Marcos Paz al 5400 se convirtió en el escenario de un hecho salvaje. Los golpes dejaron inconsciente al chico, tirado en el asfalto. Tres días después, murió a causa de los traumatismos. La investigación dio cuenta de que la víctima fue arrastrada unos 50 metros y en ese trayecto le golpearon la cabeza con la puerta de un auto. El fiscal sostuvo que el ataque duró unos 15 minutos. "Si mi hijo robó, tendría que estar preso y no muerto", fue el desgarrador alarido de su madre, Lorena Torres, por aquellos días.

La semana pasada, otro linchamiento tuvo lugar en San Juan, donde Cristian Cortéz murió 24 horas después de ser atacado por el robo de un celular. Cada suceso estremece y los detalles tienen características atroces. En el caso de David, un video muestra durante pocos segundos la agresión mortal que padeció el muchacho. En las imágenes tomadas desde un celular se ve a David tirado en el piso, sin ofrecer resistencia ni reflejos para atajarse, mientras un grupo de varones le pateaba la cabeza.

También en las redes sociales quedaron pruebas: vecinos que se manifestaron "orgullosos" de convivir en el mismo barrio que los atacantes; que justificaban la paliza a los "negros de mierda"; y que advertían: "La próxima vez les cortaremos las manos en la plaza". A David lo mataron a golpes.

En su acusación, la querella que representa a Lorena Torres reveló otras pruebas: "Al 911 ingresaron 13 llamadas telefónicas (entre las 17 y las 17.13) describiendo los hechos y requiriendo la inmediata presencia de personal policial y de una ambulancia". En tanto, además de testimonios que dieron varios testigos, Fiscalía recibió un mail en el que se ve una captura de pantalla del perfil público de la red social Facebook del imputado Cristian A. ‑el último de los acusados‑, en el que se exhibe una foto de la víctima luego de ser agredido y un comentario clave: "Le dimos entre todos".

Para los querellantes existía y existe "no solo comunidad amistosa entre los imputados, sino también comunidad de ideas". Y apuntaron a que "el plan de los acusados incluyó golpes y patadas letales sobre el cuerpo de la víctima, en especial su cráneo, dejándola en manifiesta situación de indefensión, provocándole múltiples traumatismos craneales que le produjeron su deceso tres días después". La conducta de los imputados fue calificada como "despiadada".

En cuanto al agravante de alevosía, la querella entiende que los imputados "eligieron un modo de matar que no le dio oportunidad a la víctima de reaccionar o defenderse. Optaron por cometer el homicidio sobre seguro; sin riesgo para sí: un aprovechamiento insidioso de la indefensión de la víctima", expresa la acusación presentada el jueves pasado.