El presidente estadounidense, Donald Trump, arremetió ayer contra el equipo de Robert Mueller (foto), el fiscal que investiga la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, el llamado Rusiagate que involucra a varias figuras próximas al mandatario, un día después de que su abogado solicitara cerrar la causa.
Trump acusó al equipo encabezado por Mueller de tener sesgos demócratas, un día después de que su abogado personal, John Dowd, pidiera el fin de esa investigación al considerar que fue “fabricada” por el ex director del FBI James Comey basado en un informe “fraudulento y corrupto” sobre el mandatario y Rusia.
“¿Por qué el equipo de Mueller tiene 13 demócratas de línea dura, algunos de ellos grandes simpatizantes de la Corrupta Hillary (Clinton), y cero Republicanos? Hace poco añadieron a otro demócrata... ¿Alguien cree que esto es justo? Y sin embargo, ¡NO HUBO CONSPIRACIÓN (con Rusia)!”, escribió el presidente ayer en su cuenta de Twitter.
Pero omitió señalar que Mueller es republicano y fue nominado en 2001 como director del FBI por un presidente de ese partido, George W. Bush. Incluso varios senadores de las filas republicanas rechazaron fuertemente los dichos de Trump.
Mueller, que retomó la investigación luego de que Trump despidiera el año pasado a Comey, lleva meses detrás de la posible interferencia rusa en las elecciones que ganó el actual mandatario, lo que lo llevó a interrogar a varios miembros del equipo de la campaña electoral y a altos funcionarios.
La Casa Blanca quiere cerrar el capítulo de Rusia, y los abogados de Trump le exigen a Mueller que fije una fecha para poner fin a la investigación, en concreto unos 60 días después del interrogatorio al presidente, según informó el diario estadounidense The Wall Street Journal.
En la misma línear, Trump también retomó ayer sus críticas a Andrew McCabe, que hasta enero era el “número dos” del FBI y fue despedido el viernes –en vísperas de jubilarse– por el fiscal general, Jeff Sessions, lo acusó de haber hecho “una filtración no autorizada a un medio de comunicación”.
McCabe denunció que su despido era un intento para desacreditarlo como testigo en la investigación de Mueller, y varios medios revelaron que, igual que Comey, él también tomó notas de cada uno de sus contactos con Trump y se los entregó al fiscal. Trump minimizó ese dato al asegurar que estuvo “muy poco tiempo con Andrew McCabe” y que “nunca tomó notas cuando estaba” con él.