El mundo ideal del presidente Mauricio Macri se expresó ayer en toda su amplitud durante una entrevista por televisión. Un mundo donde el mandatario ya se permite hablar de su reelección al sostener que “si los argentinos creen que tengo que seguir, lo haré” pero porque además la inflación “está bajando” aunque no al ritmo que desea.
Durante la entrevista Macri jugó a sorprenderse con la posibilidad de continuar en la Casa Rosada más allá de 2019: “Qué ansiedad. Yo no hablo de reelección. Si los argentinos creen que tengo que seguir, lo haré”, dijo a la espera que el operativo clamor comience a desarrollarse.
Por supuesto, para el primer mandatario su posible reelección no tendría sentido si Cambiemos no apuesta a que Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal repitan su conducción en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia, respectivamente. Lo sintetizó con una de sus habituales frases: “Es clave para el futuro” y, de paso, anunció que está dispuesto a ayudarlos a conseguir sus reelecciones.
Macri, quien había prometido que en caso de ser presidente reducir la inflación en un santiamén, reconoció anoche que la situación no es tan fácil como pensaba e incluso aseguró que “la Argentina arrastra un montón de daños acumulados”, sin especificar cuáles, y por eso “no se sale en dos años”. De todas formas, sin recurrir a cifras o a estadísticas que no le exigió el entrevistador, señaló que “la Argentina lleva siete trimestres seguidos de expansión y la economía crecerá cerca de 3% este año”.
Para Macri el devaluación del peso frente al dólar no parece ser un problema porque según afirmó lo que lo sigue preocupando es la inflación. Una vez más, sin entrar en detalles o argumentos, se limitó a señalar que había “pensado que la íbamos a bajar más rápido, lo reconozco”. Una frase que podría ser considerada como una autocrítica. En otro momento de la entrevista reconoció que el crecimiento de la deuda externa pero antes que explicar los motivos o las causas por la que la autoriza, el presidente prefirió responsabilizar a los dirigentes de la oposición. “Hasta ahora no vino ningún dirigente de la Argentina a golpearme la puerta para decirme: ‘mirá, esto no lo estoy usando te lo devuelvo’... todo lo contrario, vienen a pedir más, y hay que entender que tenemos un Estado que está quebrado”, señaló.
El tarifazo también fue parte de la entrevista y Macri recurrió a la tesis que asegura que no había otra salida al sostener que “si nosotros seguíamos sin pagar los servicios públicos, no solo los que no tenían luz y gas, sino los que tenían servicios, iban a sufrir los cortes de luz”, explicó para luego reconocer que la gente se enoja cuando les llega la factura y, por eso, juró que “tratamos de pensar lo imposible para que esa boleta no les llegue, pero creánme que no encontré otro camino”.
El Presidente, como ocurrió con los casos de gatillo fácil, el presidente avanzó en su decisión de comentar las causas judiciales. Sobre la libertad del empresario Cristobal López dijo estar “indignado” y por eso apuesta a que la AFIP apele porque López “cobraba impuestos que no eran de su actividad y se los quedó. Y con ese dinero compró otras cosas. Eso es malversación, es un acción delictiva absoluta”, indicó.
Por último se refirió al debate que sobre el aborto que comenzará en el Congreso, un tema que le otorga una pátina de sensibilidad social que no tiene gobierno. Aseguró que si la ley es aprobada “no la voy a vetar”.