Finalmente, Hillary Clinton fue la vencedora de las elecciones norteamericanas en el recuento de votos, si bien obtuvo menos delegados que Donald Trump, el próximo presidente de los Estados Unidos.
La candidata demócrata se mantuvo siempre al frente en cantidad de votos y fue la vencedora del recuento que acaba de concluir, con 65.844.954 votos, el 48,2 por ciento de los sufragios emitidos. Trump cosechó 62.979.879, el 46,1 por ciento del total. De este modo, Clinton ganó en el voto popular por una diferencia de 2.865.075.
El sistema electoral norteamericano reparte electores por estado. El que gana en un estado se lleva todos los electores. Quien consigue la mitad más uno de los miembros del Colegio Electoral, resulta presidente. Es lo que ocurrió el lunes pasado, cuando se reunieron los electores y consagraron a Trump.
Es la tercera vez en la historia que un triunfo en las urnas no se condice con la cantidad de electores necesarios para ser ungido presidente. Los anteriores casos fueron en 2000, cuando George Bush ganó en el Colegio Electoral, pese a que Al Gore obtuvo medio millón de votos más; y en 1824, cuando John Quincy Adams llegó a la Casa Blanca y Andrew Jackson tuvo una diferencia favorable de 38 mil votos.