El uso del verbo en presente no fue un giro de estilo. Cuando Sergio Maldonado dijo a PáginaI12 que “no es paranoia, nos están vigilando”, al referirse a las tareas de inteligencia ilegal desplegadas por la Gendarmería sobre él y su familia, se estaba refiriendo a una actividad que no ha cesado. Y así lo explicó ayer, al ser consultado por la causa que investiga ese espionaje. El hermano de Santiago dijo que tienen sospechas de que sigue el monitoreo sobre él y su familia, de la misma manera que las fuerzas de seguridad lo hicieron cuando buscaban al tatuador. Con respecto a la investigación por la muerte de su hermano, quien desapareció el 1 de agosto mientras era reprimido junto a otros jóvenes mapuche durante una protesta en territorio recuperado de Cushamen, criticó el lento avance de la causa. “Damos un paso y nos corren diez para atrás”, afirmó en declaraciones por radio.
Este diario reveló el lunes el detalle de los sucesivos episodios de seguimiento, algunos narrados por él y otros que constan en los expedientes judiciales, tales la filtración de mensajes de texto de su compañera a celulares de jefes de Gendarmería y de ahí a funcionarios de alto rango, como Pablo Noceti, quien estuvo en Cushamen el día que desapareció su hermano. La denuncia presentada por la abogada y legisladora del FIT Myriam Bregman, a instancias del Ceprodh, había sido rechazada por el juez federal Daniel Rafecas y el fiscal Guillermo Marijuán, quienes la enviaron para que fuera investigada por el cuestionado juez federal de Esquel, apartado por su prejuzgamiento y parcialidad en la investigación de la desaparición y muerte de Santiago. La Cámara Federal, con la firma del juez Martín Irurzun, determinó que los hechos de espionaje ilegal deben ser investigados en CABA, como sostuvieron los querellantes, porque las órdenes fueron emitidas desde la sede de Gendarmería y del ministerio de Seguridad. Sin embargo, el expediente no volvió aún al despacho de Rafecas, dado que aún está “en vista ante la fiscalía de Cámara para una posible apelación a Casación”, según aclaró a este diario una alta fuente judicial.
El único imputado hasta ahora es el secretario de relación con los poderes del Estado, Gonzalo Cané, enviado especial de Bullrich para direccionar la investigación durante la primera etapa, cuando el cuerpo de Maldonado aún no había sido encontrado. Lo hizo mediante una presentación espontánea que le permite tener acceso al expediente. Ayer, en diálogo con el programa Mañana Sylvestre por Radio 10, su hermano pidió a este magistrado que establezca quiénes fueron los que ordenaron esos procedimientos de espionaje. Pero Rafecas no puede disponer ninguna medida hasta que la fiscalía de Marijuán no formule el requerimiento de instrucción, al que la primera vez se había negado invocando la competencia de Esquel.
En la entrevista, Maldonado no descartó que pudiera continuar el espionaje sobre él y su familia de la misma manera que las fuerzas de seguridad lo hicieron durante los días en que buscaban a Santiago. En este criticó que “el Estado no colabora y oculta información”. En referencia a las escuchas telefónicas, las intimidaciones y los seguimientos fotográficos que sufrieron él, su esposa Andrea y su abogada Verónica Heredia relatados en la edición del lunes de PáginaI12, expresó: “Por entonces no nos podíamos detener en esto porque estábamos buscando a Santiago. Luego hicimos una primera presentación, que fue rechazada”. Y reiteró que él y sus allegados detectaron que eran perseguidos por las fuerzas de seguridad. “Cuando querían hacer sentir su presencia, lo hacían como para que fuera evidente, y cuando no, no nos dábamos cuenta”.
Por otra parte, puso en tela de juicio el avance de la investigación judicial sobre el esclarecimiento de la muerte de Santiago, cuyo cuerpo apareció el 17 de noviembre luego de 78 días, y criticó también al Gobierno y a los medios de comunicación oficialistas de “tirar hipótesis falsas y darlas como verdades”. Consultado en el programa que conduce Gustavo Sylvestre se mostró escéptico sobre la investigación de la muerte de su hermano: “La causa va avanzando muy lentamente, no sé si es por presión del Gobierno o qué”. Y mencionó algunas de las cuestiones aún no resueltas: “No citaron a testigos mapuches y se ascendió a uno de los gendarmes” involucrados en la desaparición.