El ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy fue puesto ayer en detención preventiva para declarar por las sospechas de que recibió dinero del derrocado líder libio Muammar Khadafi en la financiación de su campaña electoral presidencial de 2007. Fuentes judiciales indicaron que Sarkozy fue convocado por la Policía Judicial de Nanterre, a las afueras de París, en esta investigación abierta en 2013 por jueces especializados en asuntos financieros.
Su detención puede prolongarse hasta 48 horas, antes de que los investigadores, si consideran que hay elementos concluyentes en su contra, lo presenten ante un juez con vistas a su eventual imputación o en caso contrario lo dejen en libertad. También tuvo que declarar en Nanterre quien fue su ministro de Interior, Brice Hortefeux, pero en este caso no lo hace bajo detención.
En el origen de este sumario, en el que ya hay al menos cuatro inculpados –incluido el también exministro Claude Gueant– está un documento administrativo libio, publicado en mayo de 2012 por el sitio de información “Mediapart”, sobre la contribución a la campaña de Sarkozy del régimen libio. Unos pagos confirmados públicamente en noviembre de 2016 por el marchante de armas e intermediario Ziad Takieddine –otro de los inculpados–, que reconoció haber llevado cinco millones de euros en efectivo entre finales de 2006 y comienzos de 2007 de Trípoli a París que entregó a Gueant y a Sarkozy.
Abdallah Senoussi, ex responsable de los servicios de información militares de Khadafi, y Bechir Saleh, que se ocupaba del dinero del dictador y de las relaciones con Francia, también testimoniaron sobre esas transferencias de fondos para la campaña de 2007 en la que Sarkozy derrotó en la segunda vuelta a la socialista Segolene Royal.
Los instructores franceses han podido acceder a las agendas del que fue ministro libio del Petróleo Choukri Ghanem, muerto en extrañas circunstancias en Viena, en la que también se alude a esos pagos. Además, los investigadores han constatado que los responsables de la campaña de Sarkozy en 2007 manejaban mucho dinero en efectivo, algo que según el que era entonces su tesorero, Eric Woerth, se debía a donaciones anónimas.
Sarkozy hasta ahora no sólo ha negado tajantemente todas esas acusaciones–tras las que dice ver un intento de instrumentalizar la justicia para perjudicarle políticamente–, sino que en noviembre de 2016 se indignó en una entrevista por que le confrontaran a las alegaciones de Taikeddine, “un mentiroso” que ha pasado por la cárcel.
Está acusado en otros dos sumarios, y en uno de ellos tendrá que sentarse en el banquillo por la presunta financiación irregular de su campaña a las presidenciales de 2012, en las que fue derrotado por el socialista François Hollande, por una supuesta trama de falsificación de facturas para ocultar gastos. En julio de 2014, ya tuvo que declarar bajo arresto antes de ser inculpado por corrupción activa y tráfico de influencias, en un asunto en el que se le reprocha haber intervenido para la promoción de un magistrado a cambio de recibir información sobre otra investigación en que aparecía su nombre. Sarkozy recibió ayer el “pleno apoyo” de su partido, Los Republicanos.