A ambos lados del Atlántico se están preguntando dónde está Mark Zuckerberg en torno al escándalo por la desprotección de la información de los usuarios en su red social. Ayer, el Parlamento británico citó al CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, a testificar por el uso con fines políticos de datos personales de 50 millones de usuarios de la red social, por parte de la empresa Cambridge Analytica. Asimismo, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) lanzó una investigación por el mismo caso. La compañía de análisis de datos había trabajado para la campaña de Donald Trump en 2016.
Los once diputados británicos que integran el comité de Asuntos Digitales, Cultura, Medios de Comunicación y Deportes de la Cámara de los Comunes evaluarán si Facebook protegió de forma adecuada la privacidad de sus usuarios. Se trata de una nueva arista dentro de la investigación sobre la propagación de noticias falsas que iniciaron los parlamentarios el pasado noviembre.
El presidente de ese comité, el conservador Damian Collins, ha remitido una carta a la sede central de Facebook en Menlo Park (California, Estados Unidos), en la que requiere personalmente a Zuckerberg que se presente ante los legisladores para dar cuenta de lo que calificó de fallo catastrófico en la protección de datos. “Es hora de escuchar a un alto directivo de Facebook con la suficiente autoridad para ofrecer una explicación detallada”, señala el responsable de las pesquisas en la carta, en la que le da hasta el próximo lunes de plazo para responder a su requerimiento. El primer ejecutivo de la empresa, cuya cotización cayó este lunes un 6,67 % en Wall Street, no está técnicamente obligado a comparecer. Sin embargo, una portavoz de la comisión parlamentaria dijo que espera que la presión pública lo lleve a aceptar la citación.
En Estados Unidos, según el diario The Washington Post, la FTC podría dictaminar una multa contra Facebook de 40.000 dólares por día de violación de las normas de privacidad. La investigación de la comisión está centrada en si Facebook rompió los términos de un acuerdo de 2011 con el organismo sobre privacidad, uno de los cuales trataba sobre las reglas para la provisión de datos a terceras partes. Ese año Facebook había accedido a obtener el consentimiento de sus usuarios antes de realizar ciertos cambios en la configuración de la privacidad, como parte de un arreglo al que llegó con la Justicia después de que se determinara que había obligado a los usuarios a compartir más información personal de la que pretendían.
Mark Zuckerberg ha guardado silencio desde el surgimiento del caso, aunque Facebook anunció que suspendió sus lazos con Cambridge Analytica mientras se investigan las acusaciones. La cotización de las acciones de la red social profundizó su caída ayer luego del anuncio de la FTC. La fortuna de Zuckerberg se había reducido unos 5.100 millones de dólares el lunes, luego de que legisladores demócratas y republicanos pidieran investigar el caso y que el empresario testifique en el Congreso.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, también se sumó a la citación del parlamento británico e invitó a Zuckerberg a hablar ante los legisladores de la UE. “El organismo investigará a fondo, convocando a las plataformas digitales a brindar explicaciones”, tuiteó.
El escándalo comenzó el viernes pasado cuando Facebook suspendió la cuenta de Cambridge Analytica tras descubrir que la empresa había violado su política de privacidad. El presunto responsable fue el profesor de psicología de la Universidad de Cambridge, Aleksandr Kogan. “Nos mintió y violó nuestras políticas de plataforma al pasar datos de una aplicación que utilizaba Facebook Login a Cambridge Analytica, una empresa que hace política, trabaja para el gobierno y en el sector militar en todo el mundo”, sostuvo la Facebook en un comunicado.
Kogan había desarrollado una aplicación que ofrecía un servicio de predicción de la personalidad con fines académicos, que fue descargada por unos 270.000 usuarios de la red social. Estos dieron su consentimiento para que la aplicación accediera a su información personal y a la de sus contactos, algo que estaba permitido por Facebook. Así, de acuerdo con informaciones del periódico británico The Guardian, cualquiera que completaba la encuesta abría la puerta de acceso a los datos de en promedio unos 160 usuarios más, con lo que el universo alcanzado por la aplicación se amplió a 50 millones de personas. Estos datos se usaron para desarrollar un software para predecir las decisiones de los votantes norteamercianos e influir en ellos, detalló el diario The New York Times.
Analistas coinciden en que es la propia plataforma de Facebook la que –con fines publicitarios– brinda las herramientas para segmentar las audiencias en función de sus gustos (sociales, etarias, geográficas, políticas y hasta sexuales) y para amplificar los mensajes, funciones que luego son aprovechadas con fines políticos. Además, se ha vinculado este nuevo incidente con el escándalo sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016. En dicho caso, se acusa al Kremlin de haber utilizado la red social para distribuir información falsa y tendenciosa entre millones de votantes norteamericanos.
Cambridge Analytica negó oficialente haber cometido algún ilícito. Pero en un informe del canal británico Channel 4, el CEO de la empresa, Alexander Nix, reconoció haber realizado maniobras de campaña poco éticas (ver aparte). La cadena emitió el lunes por la noche imágenes registradas con cámara oculta en las que Nix sugiere que puede tender trampas a candidatos políticos para influir en procesos electorales.