“La Argentina intenta legitimar en el G-20 su propia agenda de reforma neoliberal, minimizar aquellos temas calientes que enfrentan a los miembros del grupo y eludir los cuestionamientos en marcha a la globalización. El G-20 desembarca en el país cuestionado, debilitado y fracturado”, indicó ayer la economista Cecilia Nahón. Durante una conversación con PáginaI12, la ex embajadora argentina en Estados Unidos señaló que el foro de países “debe abandonar las políticas de ajuste fiscal y reforma estructural en favor de políticas coordinadas de estímulo a la demanda agregada, como sucedió durante el estallido de la última crisis internacional”.
La ex diplomática que ahora reside en Washington se desempeñó como sherpa argentina en cuatro cumbres del G-20 encabezadas por Cristina Fernández de Kirchner. “Siendo el gobierno con más presencias offshore de todos los miembros del grupo, un tema central que requiere ser jerarquizado y que la presidencia argentina busca eludir deliberadamente es la lucha contra las guaridas fiscales”, expresó Nahón que sigue de cerca las negociaciones entre los países. “El gobierno argentino intenta asociar la organización del G-20 con la captura de inversiones, pero esto es absolutamente falaz”, sostuvo al desestimar el argumento oficial de que la organización de foros multilaterales facilitará los desembolsos de empresas extranjeras.
Los ejes planteados por el país para todo el año fueron dos: “el futuro del trabajo” y “financiamiento para el desarrollo”. Pero aunque el encuentro organizado a lo largo de los últimos dos días tuvo como ejes a las finanzas internacionales las discusiones quedaron capturadas por las disputas comerciales que encabezan Estados Unidos y China. Los esfuerzos por abrazar la apertura comercial y rechazar las medidas proteccionistas en el comunicado oficial colisionan con las políticas implementadas por los países miembros. Nahón recurre a los datos de Global Trade Alert para advertir que a lo largo de los últimos años “los países del G-20 condenaban la administración del comercio pero establecían medidas proteccionistas para defender a sus sectores menos competitivos durante la crisis algo que ahora se exacerba con la llegada de Trump”. Entre 2009 y 2017 los miembros del foro tuvieron 1643 acciones proteccionistas contra 622 liberalizadoras.
“Argentina está atrapada en medio de las tensiones entre los miembros y los cuestionamientos al corazón del G-20 que provienen tanto desde la presidencia de Trump como de la ola anti-sistema”, explicó la ex funcionaria para quien la Casa Rosada planteó una agenda de trabajo “deliberadamente conservadora, con prioridades que eluden los temas de mayor disenso, como comercio y cambio climático, para evitar cortocircuitos que puedan poner en riesgo la participación de Donald Trump” durante la cumbre presidencial prevista para fines de noviembre. Desde la perspectiva de la economista “sería nocivo que la discusión sobre las nuevas tecnologías y el futuro del empleo termine siendo el caballo de Troya para impulsar políticas de flexibilización laboral, en línea con la reforma recientemente aprobada en Brasil y que pretende emular el gobierno argentino. En su lugar, se requieren políticas activas en materia de empleo y redistribución del ingreso”.
“Lo más grave es lo que el G-20 no está discutiendo mientras que convalida el enfoque edulcorado y exitista de la presidencia argentina”, consideró la economista al apuntar hacia el aumento en los niveles de endeudamiento. “A escala mundial, el nivel de deuda de los Estados soberanos, empresas y hogares registra máximos históricos, aumentando la vulnerabilidad financiera del sistema”, sostuvo Nahón en diálogo con este diario al tiempo que cuestionó que “los ministros del G-20 se mantengan incólumes, imperturbables, frente a los cuestionamientos a la globalización y la frustración generalizada con el statu-quo que se viene expresando electoralmente en Europa y Estados Unidos, con el surgimiento de peligrosos movimientos ultranacionalistas de derecha”.