Desde ayer, cuando se dio inicio al tratamiento en comisión de la legalización del aborto, hasta junio de este año, cuando el dictamen llegará al recinto de la Cámara de Diputados, la atención y las negociaciones políticas estarán concentradas en un grupo de 50 legisladores (sobre 257 que integran la Cámara) que hasta el momento se mostraron como indecisos o prefirieron no adelantar su posición. Serán los que terminarán de inclinar la balanza a favor o en contra de los ocho proyectos de interrupción voluntaria del embarazo que ya se encuentran en debate, aunque más adelante podrían sumarse otros. En el camino quedaron algunos intentos de dilatar nuevamente el tratamiento como el planteo de Elisa Carrió para comenzar después de Semana Santa.
Los presidentes de las comisiones que integran el plenario y el grueso de la alianza Cambiemos desecharon ayer la propuesta de la aliada menor de Mauricio Macri: “tenemos toda un año para tratarlo”, dice la carta que la líder de la Coalición Cívica dirigió a la Cámara de Diputados y difundió por la red social Twitter. “Empezar a tratarlo esta semana parecería una violación a los principios de tolerancia y pluralidad que exige un Estado democrático”, sentenció Carrió.
“Es atendible su planteo. Pero hoy (por ayer) estaba citado el plenario para establecer la cronología y características del debate, que arrancará el diez de abril después de Semana Santa”, dijo a los cronistas parlamentarios el diputado PRO Daniel Lipovetzky que preside la comisión de Legislación General que encabeza el plenario. Tampoco hubo apoyo para quienes proponen –como lo hizo ayer el radical tucumano José Cano– extender el debate “federal” a las provincias. El acuerdo sellado entre todas las bancadas no le cierra la puerta a los debates en las provincias pero, en aquellas que los organicen, correrán por su cuenta y los presidentes de la comisiones irán fuera de los días previstos para que sesione el plenario (martes y jueves) para no dilatar el cronograma ya establecido.
La presidencia del plenario que conducirá el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo era una muestra de transversalidad. Sus cuatro integrantes pertenecen a Cambiemos: Lipovetzky y la titular de la Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, la radical jujeña Silvia Martínez son dos de los 71 diputados que firmaron el proyecto propuesto por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Mientras que la otra radical jujeña (también responde al gobernador Gerardo Morales) Gabriela Burgos que preside la comisión de Legislación Penal suscribió el proyecto “próvida” impulsado por una docena de diputados de distintos bloques. La titular de la comisión de Acción Social y Salud, la macrista Carmen Polledo, es una reconocida militante antiabortista.
La integración de las cuatro comisiones, también con mayoría oficialista, en cambio, no tiene una composición tan pareja. Allí, la mayoría de sus integrantes (salvo Familia) se pronunciaron en contra del aborto.
Por eso, el acuerdo de los interbloques también se puso la vista ahí para evitar bloqueos o dilaciones. El mecanismo dado a conocer ayer para el debate establece que no será necesaria la conformación del quórum de cada una de las comisiones durante los plenarios que se llevarán adelante los martes y los jueves.
Cada uno de los 257 diputados podrá proponer hasta un máximo de 4 expositores para el debate, lo que podría elevar la cifra a más de 1000 personas. De todas maneras, se estima que no serían más de 700. Habrá tiempo para inscribirlos hasta el 7 de abril y tendrán que presentar un escrito de no más de 100 palabras sobre el tema a exponer, para intentar realizar jornadas temáticas.
Los proyectos en discusión serán el de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que acompañaron 71 diputados; de Araceli Ferreyra (Movimiento Evita); otros dos del macrista Sergio Wisky, el de Marcelo Wechsler (Pro), Daniel Filmus (FpV-PJ), y María Villavicencio (Evolución Radical).
Quienes respaldan las distintas iniciativas de la interrupción voluntaria del embarazo, buscarán coordinar los expositores para dar un debate más homogéneo de cara a la sociedad, que la Cámara de Diputados transmitirá a través de su canal propio y vía streaming, confiados en avanzar en el consenso que muestran las encuestas con la mayoría de la sociedad a favor de la discusión en el Parlamento.
Pero también habrá un trabajo con miras a la llegada del proyecto al recinto. La división de voluntades que en principio se manifestaba en tercios entre los diputados comenzó a definirse: un centenar de ellos ya se pronunció en contra y casi la misma cantidad lo hizo a favor de la despenalización del aborto. La puja se dará entre el medio centenar de diputados “indecisos” o que no se pronunciaron públicamente a favor o en contra. Allí, la disputa también será transversal y cuerpo a cuerpo.