Los pañuelos verdes entraron por la puerta grande del Congreso. En una jornada histórica, arrancó ayer formalmente el tratamiento de los proyectos para despenalizar y legalizar el aborto. En la plenaria de comisiones se anunció, como estaba previsto, la metodología que tendrá la discusión. La reunión estuvo presidida por el oficialista Daniel Lipovetzky, presidente de Legislación General, quien adelantó que el debate “será acotado” en el tiempo, hasta fin de mayo, para llevar luego la votación al recinto. Los votos para sacar un dictamen favorable ya estarían, según el cálculo que lleva la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La diputada Romina del Pla, del FIT, pidió que no se permita que los expositores lleven “imágenes o películas” que sirvan como “golpe bajo”, en alusión a las que suelen mostrar grupos anti derechos. También se propuso que una delegación de la Campaña tenga una banca virtual para no tener que seguir cada plenaria en una sala aparte, como sucedió ayer.
Afuera, otro pañuelazo pintaba de verde los alrededores del Anexo de Diputados, donde tenía lugar la esperada plenaria de las comisiones de Legislación General, Acción Social y Salud, Familia, Mujer, Adolescencia y Niñez, y Legislación Penal. Jóvenes activistas se mezclaban con las históricas, como Martha Rosenberg, que recordaba la primera marcha por el derecho al aborto, que se hizo al Congreso en 2005, cuando llegaron cargadas con decenas de cajas con las más de 50 mil firmas que se habían recolectado en todo el país para exigir el debate. Dos años más tarde, se presentaría por primera vez, el proyecto de la Campaña, por mesa de entradas, todavía sin firma de legisladores. “Estoy muy contenta y muy esperanzada de que no encontremos obstáculos para que se convierta en ley. Me parece muy interesante que se hayan presentado más proyectos: quiere decir que muchos se quieren quedar con el rédito político de la despenalización y legalización del aborto. Ahora se instaló como tema de interés social y político, que puede ganar voluntades”, analizó Rosenberg, en diálogo con este diario. Para ella, la sanción de la ley de interrupción voluntaria de embarazo significará “el reconocimiento pleno de ciudadanía de las mujeres”.
El macrista Lipovetzky abrió la reunión poco antes de las 19, secundado por las presidentas de las otras tres comisiones, y anunció las pautas acordadas entre los cuatro para el debate. Cada diputado y diputada del total de la Cámara podrá proponer hasta un máximo de 4 expositores hasta el 7 de abril, y tendrán que adelantar un resumen de 300 palabras con su postura, para convocarlos según el eje a discutir y su posición. Se sesionará martes y jueves de 9.30 a 18. Si alguna provincia lo organiza podría llevarse el debate al interior del país. Lipovetzky fue bien claro: no quiere prolongar la discusión más allá de lo necesario. El objetivo, dijo, es que a fin de mayo se termine el debate en las comisiones, para que se vote en el recinto. Por el momento, son 8 los proyectos que se discutirán –ayer se agregaron tres y podrían sumarse otros–, que con ciertas diferencias de marcos legales proponen permitir la interrupción voluntaria de embarazo en las primeras 14 semanas de gestación y garantizar su cobertura médica en hospitales y por obras sociales y prepagas. Y más allá de ese plazo en los casos ya previstos por el Código Penal y cuando hay malformaciones fetales graves o incompatibles con la vida. Además de la iniciativa de la Campaña, que ingresó con 71 firmas y luego se sumó una más, hay proyectos del oficialismo y también de la oposición.
El tratamiento conjunto en las comisiones se transmitirá por streaming, cada jornada, dijo Lipovetzky. Durante su intervención, el diputado macrista destacó que “estamos dando un paso tan importante sobre un tema que le importa a la ciudadanía”. Desde la oposición, varias diputadas hicieron hincapié en que la apertura de este debate histórico es el resultado de la militancia de años del movimiento de mujeres, que le marcó la agenda al Gobierno. Desde el oficialismo se remarcó que nunca antes se había llegado a esta instancia.
Los cálculos al día de ayer de la Campaña dan que, del total de diputados y diputadas de la Cámara, hay 104 a favor –la mayoría del FpV, que paradójicamente se resistió a abrir este debate durante los gobiernos de Néstor y CFK–, 101 que están en contra –la mayoría de Cambiemos–, y 50 indecisos. Muchos de los indecisos pertenecen a provincias conservadoras y pretenden ser candidatos en las próximas elecciones, razón por la cual se resisten a tomar posición, comentó un legislador oficialista. Una alternativa es proponerles que el día de la votación no estén presentes, para favorecer la aprobación de la ley, sin quedar expuestos, agregó. En el Senado, habría más resistencia.
Durante la plenaria, la diputada puntana Ivana Bianchi, conocida por su postura anti derechos, del bloque Compromiso Federal, pidió que no haya “agitación ni insultos” durante el tratamiento del tema. Araceli Ferreyra, del Peronismo para la Victoria, planteó que no sea causal de despido concurrir para exponer en las audiencias, a quienes estén en empleos públicos o privados y sean convocados, y pidió que el Gobierno retire el proyecto denominado de “Libertad Religiosa” que se empieza a tratar en la comisión de Relaciones Exteriores porque prevé “la objeción de conciencia institucional”, que si se aprueba podría poner en riesgo que se garantice el derecho al aborto en todas los hospitales y clínicas. “Las mujeres estamos impacientes por este debate sobre todo cuando vemos contradicciones políticas”, apuntó Ferreyra. La diputada Natalia González, del FIT, consideró que no se debe plantear la discusión entre “aborto si y aborto no”, cuando “el debate ha avanzado muchísimo en la sociedad”. “Hay que legislar a favor de que no mueran más mujeres”, agregó. Y consideró que la Iglesia Católica “no tiene nada que opinar”, al respecto. Desde el radicalismo, Brenda Austin subrayó que se trata de un tema “fundamental para la salud pública de las mujeres”. Cecilia Moreau, la única diputada del Frente Renovador que firmó el proyecto de la campaña, agradeció a “las miles y miles de mujeres argentinas que hicieron posible este debate”. Y lo comparó con otros históricos como el que terminó con la aprobación del divorcio vincular y el matrimonio igualitario. En tres semanas, empezará el debate real.