Finalmente la incursión de Cecilia Pando por las aulas como docente duró un suspiro. La reivindicadora del terrorismo de Estado había celebrado por Twitter que comenzaba a trabajar como maestra de séptimo grado y la noticia fue un boomerang en su contra. El colegio católico donde había logrado su cargo desistió de seguir contando con ella.
Se trata del colegio “Francesco Faa Di Bruno”, del barrio de Villa Crespo, que no soportó la publicidad negativa de que Pando, quien desde hace una década encabeza actos de apoyo a militares condenados por delitos de lesa humanidad, tuviera a su cargo a chicos de 11 y 12 años. “Se asustaron por las redes y no puedo trabajar”, dijo Pando esta tarde, confirmando que no dará clases.
“Mi ideología política la dejó en la puerta del colegio”, quiso defenderse Pando tras conocerse la noticia de su cese, al tiempo que adaptó la teoría de los dos demonios a la situación que le tocó vivir en estas horas, al afirmar que “una maestra de La Cámpora hace igual de mal”.
Incluso hoy se filtró una captura de un grupo de WhatsApp en el que el colegio informa a los padres el nombre de otra docente a cargo de séptimo grado, sin precisar que es en reemplazo de Pando. Aunque aclara que “agradecemos a las familias que se acercaron a la institución”, lo cual denota que hubo quejas de los padres.
Tras anunciar su incursión en la docencia, Pando tuiteó que “ya los intolerantes de siempre están difundiendo que la ‘defensora de los genocidas’ como ellos me llaman está trabajando”, ante la reacción contra su designación, que fue repudiada por la Ctera. La noticia de su nombramiento se dio a 72 horas de un nuevo aniversario del golpe de 1976, que ella reivindica.
Sin embargo, no todos fueron repudios a Pando. La apologista de los genocidas también logró alguna solidaridad en las redes sociales. La filial santafesina de Bandera Vecinal, el partido de Alejandro Biondini, hizo llegar su mensaje de apoyo. El neonazismo, en su versión litoraleña dijo: “Esperamos que pronto ésta injusticia sea solucionada.”