Un estudio sobre “la escala, naturaleza e impacto de la violencia en Twitter” contra las mujeres denunció que los responsables de esa red social ofrecieron hasta hoy “una respuesta inadecuada e ineficaz” porque a pesar de las “reiteradas promesas” no limpiaron los mensajes de odio contra las usuarias, que circulan a diario. La situación está planteada en un informe realizado, en los últimos 16 meses, por Amnistía Internacional, titulado “Twitter no respeta los derechos de las mujeres”. La investigación fue desarrollada con motivo de cumplirse el décimo segundo aniversario del lanzamiento de la red social, cuya plataforma cuenta con más de 330 millones de usuarios activos en el mundo, que generan 200 mil millones de mensajes anuales. Amnistía concluyó que cuando la empresa dice que “apoya a las mujeres de todo el mundo”, esas palabras “suenan falsas en vista de la falta de protección que la plataforma ofrece a sus usuarias frente a la violencia y el abuso”. 

Amnistía puntualizó que “los hallazgos pintan un preocupante cuadro en el que Twitter puede ser un lugar tóxico para sus usuarias”. Frente a esa situación, la compañía falla en el cumplimiento de sus responsabilidades para ser un espacio de comunicación en el cual las mujeres puedan “expresarse libremente y sin miedo”. El problema alcanza gravedad porque se trata de una de las redes de mayor “influencia global” y por ser señalada por las propias mujeres encuestadas como el lugar donde el abuso y la violencia “se diseminan sin remedio”.

Aunque Amnistía reconoció que la empresa fundada por Jack Dorsey dio algunos pasos para mejorar, las medidas  “la experiencia” de la plataforma, pero de todos modos esas medidas “no son adecuadas para limitar la escala y la naturaleza de la violencia y el abuso” contra las mujeres. En el informe de 74 páginas, la organización identificó los tipos de abusos que se encontraron en la red social y que van desde memes misóginos hasta ataques violentos y amenazas contra la integridad sexual o la vida de las mujeres. 

Uno de los ejemplos es el caso de las periodistas que esperan que Twitter sirva como “empuje” a su trabajo, y que muchas veces reciben como respuestas “comentarios violentos y abusivos” o “amenazas” que incluso las llevan a tener que contar con guardaespaldas. Uno de esos casos fue el de la editora de política de la BBC, Laura Kuenssberg. La organización internacional utilizó inteligencia artificial para detectar mensajes de odio dirigidos a políticas británicas y determinó que de 900.223 mensajes enviados a mujeres parlamentarias, 25.688 se consideraron abusivos.

El cuadro es todavía más complejo cuando se trata de activistas por los derechos de la mujer, al punto que un estudio de la Universidad británica Northumbria determinó que el 88 por ciento de las encuestadas que usan Twitter regularmente para apoyar una visión feminista habían experimentado abusos y manifestaciones de violencia. Aunque los casos son menores, en cantidad, es igual de grave la difusión en la red social de imágenes sexuales o privadas sin consentimiento de las mujeres. Estos hechos afectaron a cerca del diez por ciento de las consultadas, que luego sufrieron acciones coordinadas de muchos atacantes o trolls.

Amnistía no sólo formuló las denuncias que surgieron del estudio, sino que también puso énfasis en el deficiente compromiso de Twitter para combatir esta situación. En ese sentido, señaló la existencia de una combinación de reglas “poco claras” y métodos de denuncia que “muchas veces no obtienen respuestas”. Esto lleva a que “no sea simple” llegar a definir lo que “constituye un abuso”, en razón de “las complejidades de evaluar el abuso en diferentes regiones y la importancia del contexto para determinar si cierto contenido es abusivo”. El tema se complica porque Twitter “proporciona una definición rígida de lo que constituye abuso”. 

De todas maneras, se recalcó que todo eso “no debería ser una excusa para la inacción e incoherencia de Twitter al tratar los informes de abuso” que llegan a su conocimiento. “Las mujeres tienen derecho a vivir sin discriminación y violencia, dentro y fuera de Internet. Sin embargo, al dejar que progresen los abusos contra las mujeres, Twitter está violando estos derechos. A pesar de las reiteradas promesas de limpiar la plataforma, muchas mujeres, al conectarse a Twitter, encuentran que su cuenta está llena de amenazas de muerte, amenazas de violación y comentarios racistas u homófobicos”, señaló Azmina Dhrodia, investigadora especializada en tecnología y derechos humanos de Amnistía Internacional. 

En el informe se subrayó que “al no abordar adecuadamente los comportamientos violentos y abusivos de sus usuarios, Twitter contribuye a silenciar a las mujeres en la plataforma”. En el documento se precisó que el 76 por ciento de las 4.000 encuestadas en ocho países que experimentaron abusos o acoso en una red social habían modificado su forma de utilizar la plataforma. “El 32 por ciento de las mujeres dijo que había dejado de publicar contenidos que expresaban su opinión sobre ciertos temas”. 

El trabajo hace recomendaciones concretas para modificar la situación planteada, entre las cuales destaca la necesidad de compartir ejemplos concretos de violencia y abuso que no serán tolerados por la red o publicar información sobre tiempos de respuesta a denuncias de abuso. Para lograrlo, Twitter “debe centrarse en capacitar y empoderar a sus usuarios y usuarias para procurar una experiencia más segura y menos tóxica, como la creación de campañas de sensibilización sobre las diferentes funciones de seguridad y privacidad disponibles” en la plataforma. 

Como respuesta a los cuestionamientos, los responsables de la red social señalaron que no pueden “eliminar el odio y los prejuicios de la sociedad”, a la vez que informó que en los últimos 16 meses hizo más de 30 modificaciones a su plataforma para mejorar la seguridad. Amnistía dijo que Twitter “intentó reiteradamente desviar la atención de su responsabilidad centrándose en el problema del odio y el prejuicio en la sociedad” y finalmente recalcó: “No le estamos pidiendo que resuelva los problemas del mundo, sino que adopte cambios concretos” para combatir en su red la violencia de género y el abuso sexual. 

Las críticas de Amnistía llegaron incluso a las políticas que Twitter dice utilizar para combatir la violencia, porque la empresa “no dice a sus usuarios y usuarias cómo interpreta y aplica esta política ni cómo capacita a las personas que moderan sus contenidos”.