Los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón realizarán este viernes a las 14 un abrazo al histórico edificio de la cultura porteña para redoblar sus reclamos contra el director artístico Darío Lopérfido, quien canceló las dos funciones que la compañía tenía programadas para cerrar la temporada en el Coliseo porteño y programó para 2017 sólo 22 funciones en el escenario principal de la calle Cerrito, el número más bajo desde 2007.
Los bailarines se manifestarán en la plaza Vaticano junto a los artistas de otros cuerpos estables del Colón, que vienen denunciando problemáticas similares: el vaciamiento de las compañías del teatro, la falta de condiciones dignas de trabajo, el destrato a los artistas de la casa. Según denuncian, Lopérfido lleva adelante una "política de vaciamiento" fundada en la multiplicación de eventos privados y contratando obras del exterior, que dejan a un lado a los artistas estables y liman el prestigio ganado por el Colón a través de sus producciones originales.
El fin de semana pasado, los artistas levantaron carteles con la consigna "Basta" sobre el escenario del anfiteatro del Parque Centenario y repartieron volantes entre el público en los que denunciaban: “Basta de los eventos privados que se celebran cada vez con más frecuencia y afectan la disponibilidad de la sala principal del teatro”.
Tras la protesta con la que irrumpieron al cierre de las funciones de la obra Giselle, mientras en el Colón Cacho Castaña utilizaba el escenario que había alquilado, Lopérfido recibió esta tarde a los representantes de la compañía, dos días después de la fecha prometida, pero sin ofrecer respuestas que satisfagan los reclamos. "Llegamos a fin de año sin nada concreto", señalaron desde la compañía.
Con la cancelación de las funciones de la obra Giselle, que estaban programadas para el 28 y 29 de diciembre, la última presentación de este año del Ballet Estable fue la de ayer nuevamente en el Parque Centenario.